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Vodka solo y cristal negro [Confederación I]

Una contrabandista huye por el espacio de la Confederación perseguida por un incansable cazador de recompensas. Y es que la Compañía Federal ha puesto un precio y quiere cobrarlo. La humanidad atrapada en un futuro distópico en el que todo, incluido tú, es una mercancía con un valor fijado.

Sergio Pardo

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Una contrabandista.

Un cargamento.

Un cazador de recompensas.

Mara Unity huye a través del espacio de la Confederación pero los problemas la siguen más deprisa de lo que parece posible. La Compañía Federal ha puesto un precio y quiere cobrarlo cuanto antes. Uno de los mejores agentes se ocupa de ello.

Inexorable como el fisco, el cazador de recompensas sigue a su presa a pesar de todos los trucos de Mara.

¿Qué o quién tiene tanto valor? ¿Ella? ¿El cargamento? ¿Ambos? Tendrá que descubrirlo antes de que el sabueso muerda su cuello.

Después de todo, para la Compañía, “Tú Vales”.


Nuevas_recompensas
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"Vodka solo y cristal negro" es la primera novela ambientada en el universo distópico de "La Confederación". La humanidad ha salido de su pequeño planeta de origen y ha colonizado una porción de la galaxia. Los tiempos caóticos de las naciones independientes han dejado paso a una sociedad regida por un único dogma social: el capitalismo corporativo.

En la Confederación todo tiene un precio fijado por la Compañía Federal, desde el azúcar que glasea los dónuts hasta las personas que se los comen.

¿Qué ofrece "Vodka solo y cristal negro"?

Dos palabras: worldbuilding y personajes.

Una space opera de aventuras a través de una ambientación muy bien cuidada y sólida. Mundos únicos y memorables, paisajes alienígenas que te fascinarán y que vivirás como si te encontrases en ellos. Tecnología avanzada y a la vez exenta de florituras ridículas. Un marco social basado en nuestra realidad actual trasladada un par de siglos en el futuro.

Porque una historia es tan creíble como sus detalles.

Una space opera de aventuras de la mano de personajes muy trabajados de los que te enamorarás. Protagonistas, antagonistas y secundarios únicos e irrepetibles, cada uno con sus peculiaridades, sus necesidades, sus objetivos, sus historias y su evolución a lo largo del arco narrativo. Ninguno te dejará indiferente. Amarás con ellos y odiarás con ellos.

Porque una historia está tan viva como sus personajes.

Porque quizá todas las historias estén ya contadas, pero no así los modos de hacerlo. Los correctores y los lectores cero han alabado "Vodka solo y cristal negro" por la frescura de su narrativa, por lo inmersivo de sus escenas y por lo real de sus personajes.

Si quieres un adelanto de la novela, consulta esta entrada del blog del proyecto.

Y su continuación, aquí.

libros
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¿A qué destinaré vuestras aportaciones?

¿Beneficios monetarios? Muy pocos, je. No me he planteado este proyecto como una fuente de ingresos.

La realidad del mundo editorial es difícil. Los costes son elevados, la distribución es complicada y el mercado grande está saturado. ¿Cómo podemos los creadores noveles hacer llegar nuestra obra al público? La única manera real es la autopublicación. Y eso significa desembolsar dinero. Es decir, que el artista ha de pagar por su propia obra. Por suerte existe el crowdfunding. Por suerte hay una manera de llegar hasta vosotros.

Debido a eso eso la mayor parte del dinero recaudado será destinado a pagar la maquetación, impresión y encuadernación de la novela. LAS novelas. Y es que habrá dos versiones: una normal y otra con extras. Detallaré las diferencias en la sección de las recompensas. Otra parte irá a pagar las propias recompensas. Y, desde luego, el estupendo trabajo del ilustrador, Daniel de Francisco, hay que remunerarlo. Pero eso no es todo.

Aunque el objetivo primero de esta campaña es la impresión y distribución de la novela, mi intención no es quedarme allí. Quiero crear una comunidad virtual. Quiero que "La Confederación" tenga su lugar en la red, un lugar que crezca con vosotros.

"La Confederación" es un proyecto a largo plazo. Ya hay una novela acabada, su continuación a medio terminar y otras dos novelas con el esqueleto terminado y a falta de rellenarlo. Si esta campaña tiene éxito, por Verkami acabará pasando el resto de la obra. Pero puede haber más: vosotros podéis ver publicadas vuestras ideas y vuestros relatos de vuestro puño y letra en forma de antologías.

Y, claro, crear un portal web también requiere un desembolso y un mantenimiento. Una pequeña parte de la recaudación estará destinada a ello.

¿Quién sabe? Quizá el universo de "La Confederación" acabe siendo conocido del uno al otro confín.

párrafos
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Sobre las recompensas

¿Porqué dos versiones de la novela?

Porque la intención de esta campaña no es sólo financiar la impresión de mi novela y hacérosla llegar. Mi intención última es compartir con todos vosotros el fruto del trabajo que me ha tenido despierto muchas noches.

Esta campaña es el resultado de cuatro años trabajando y aprendiendo en el taller de narrativa más prestigioso de Europa: l'Escola d'Escriptura del Ateneu Barcelonès. Cuatro años de dar el callo, de formarme con los mejores, de imaginar cada detalle, de corregirme mis errores y de pensar que no lo lograría. "La Confederación" no es una novela. No es una saga. Es una sociedad completa. Es todo un universo más allá de esa sociedad.

Y quiero compartirlo todo con vosotros.

Por eso dos versiones. La versión exclusiva contendrá una buena parte de ese material extra diseñado junto con I.E. Revuelta, desde los entresijos del funcionamiento de la Confederación hasta bocetos de personajes o tecnología. Y será exclusiva porque sólo habrá una tirada: la conseguida mediante esta campaña de Verkami. Como los impresores funcionan con números redondos, je, los ejemplares de la versión exclusiva que sobren se acabarán vendiendo en el portal web de "La Confederación". Pero no habrá más.

¿En qué se diferenciarán las dos versiones?

La versión normal tendrá las siguientes características:

  • La novela íntegra (~230 pág.).
  • Papel ahuesado de 90 gr.
  • Tamaño 15x23 cm.
  • Encuadernado rústico a color con solapas.

La versión exclusiva tendrá las siguientes características:

  • La novela íntegra dedicada, numerada y con extras (~250 pág.):
    • Ilustraciones en la cabecera de cada capítulo.
    • Bocetos de personajes, lugares y tecnología.
    • Mapas.
    • Anexo con datos sobre el funcionamiento la Confederación.
    • Biografía de los protagonistas.
  • Papel ahuesado de 90 gr.
  • Tamaño 15x23 cm.
  • Encuadernado rústico a color con solapas.

Recompensas
Recompensas

Y luego, claro, las demás recompensas:

  • Muro de la fama: una sección del portal web de "La Confederación" estará dedicado a agradecer de forma pública y notoria vuestra participación en el proyecto. Un proyecto que de seguro no vería la luz sin vosotros.
  • Marcapáginas: un libro que no se lee es un libro infeliz. Y si no se cuida además es un libro desgraciado. Para evitar esos dichosos puntos de lectura en forma de páginas dobladas y solapas maltratadas, lo mejor es un buen marcapáginas. Duro, resistente y plastificado. Para los niveles altos de mecenazgo el marcapáginas irá firmado por mí.
  • Llavero: los símbolos son importantes. La Confederación tiene el suyo propio. Muestra al mundo tu apoyo a este proyecto con un llavero de metal de 35 mm y acabado mate.
  • Lámina A4: la protagonista de la novela en pose desafiante y alucinante acabado, obra del fantástico ilustrador. Y numerada, oye. Porque la tirada estará limitada. Además, y para los niveles superiores de mecenazgo, la lámina también irá firmada por el ilustrador.
  • Tu nombre como personaje: antes dije que quería un universo en el que vosotros, los fans, no fuerais meros lectores. Una forma de participar es ésta. Crea junto conmigo un personaje secundario con peso y relevancia. Puede tener tu nombre, el de alguien a quien quieras o uno completamente inventado. Aparecerá en la continuación o, si no logramos hacer que encaje, en la siguiente novela de "La Confederación". ¿Por qué un máximo de dos? Pues porque lo ofrezco para un personaje femenino y otro masculino.
  • Tu cara y tu nombre como personaje: vayamos más allá y permíteme ofrecerte una suerte de inmortalidad. Ponle tu cara a un personaje que crearemos juntos. Tú, yo y mi ilustrador. Dale tu nombre. O, si lo prefieres, haz que alguien a quien quieres se traslade en cuerpo y alma a "La Confederación". Además de aparecer en la trama de la continuación o, si no logramos que encaje, en la siguiente novela, saldrá en las ilustraciones interiores, en láminas y pósters. ¡Será modelo de portada, ja! De la misma manera que en la anterior recompensas, pongo el máximo de un personaje femenino y uno masculino.

¿Habrá logros desbloqueables?

Sí, desde luego. Después de pelearme con imprentas y fabricantes he ajustado el presupuesto todo lo que he podido. Cualquier mejora añadida es un coste añadido. Por eso, si la financiación supera determinados niveles, algunas de las recompensas podrán mejorarse o incluso ampliarse. Así, en principio, os propongo:

Nuevas_Recompensas
Nuevas_Recompensas

Calendario previsto

Una vez finalizada la campaña y completada la recaudación del dinero, se podrá proceder al encargo de todo: novelas y recompensas. Hablando con la imprenta y el fabricante podemos contar con un periodo de un mes, más o menos. Todo el material me será enviado y, en cuanto llegue, procederé a remitíroslo a vosotros.

¡Si todo va bien, espero que para mediados de julio lo tengáis en vuestras casas!

Por supuesto seréis informados durante cada paso del camino.

¿Y después?

Después la cosa seguirá. Si esta campaña tiene éxito podré continuar escribiendo y haciendo realidad mi obra. Eso quiere decir que a principios de otoño lanzaré la campaña para financiar la continuación. ¡Con un poco de suerte y vuestro apoyo, en Navidad podréis disfrutar de nuevo de este fascinante universo!

¿Quieres saber más?

Cualquier novedad en la campaña, cualquier inquietud del proyecto, cualquier nueva idea que tenga serán publicadas en esta página. No obstante podréis manteneros informados también a través de los siguientes medios:

Preguntas frecuentes

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4 comentarios

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  • Sergio Pardo

    Sergio Pardo
    Autor/a

    casi 7 años

    ¡Buenas tardes!

    He respondido enviando un MP a su cuenta de twitter.
    ¡Gracias por su interés!

  • Rocío Martínez

    Rocío Martínez

    casi 7 años

    Estimado Sergio,Estoy interesada en la edición de su libro y me gustaría poder enviarle información. Seguimos muy de cerca Verkami y otros autores han logrado sus objetivos con nuestro apoyo. Si me puede dar su email le envío la información. Gracias

  • Sergio Pardo

    Sergio Pardo
    Autor/a

    casi 7 años

    ¡Muy buenas tardes, caballero! Pues lo cierto es que no, no tengo prevista una edición en digital para esta campaña. ¡Soy un enamorado del papel, he de reconocerlo!

    Pero si esto sale adelante no descarto que en un futuro, como parte de las campañas de las siguientes novelas de La Confederación, se ofrezca eBook de ésta.

  • Jorge González González

    Jorge González González

    7 años

    Buenas Tardes:

    ¿Tienes prevista la versión en ebook como parte de alguna recompensa?

    Espero tu respuesta para concretar mi aportación.

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#02 / ¡Rebasado el 33%!

Lo prometido es deuda: aquí va la continuación del capítulo 1.
¡Vamos que no falta nada para el 50%!


Mara se levantó y le hizo un gesto para que la guiara. La sonrisa que lucía Monker se torció hacia la izquierda, a todas luces divertida por el ademán de la joven. Salieron de la taberna, la anciana cojeando de una manera un tanto llamativa mientras encabezaba la marcha. La claridad de los focos instalados en el techo de la cúpula disminuía para indicar a la colonia la cercanía del ciclo nocturno. ¡Agh! Huele como una puta pila de perros muertos tostándose al sol. La atmósfera estaba tan saturada de partículas de cristal negro y hollín que todo color quedaba irremediablemente convertido en otro tono más de gris. Vestida como cualquier minero de cristal, su peto sucio y su capa sucia no eran más que dos tonos indistintos que añadir al cuadro a la mediocridad llamado Garre-2. Una sirena se escuchaba a lo lejos, distorsionado su sonido por el efecto Doppler, sobresaliendo del tono oscuro de las calles por unas decenas de decibelios antes de perderse en el mar de fondo.

—¡Ja! ¿Oyes eso, pequeña? Nuestras flamantes Fuerzas de Seguridad yendo a toda velocidad a arrestar a algunos camorristas excesivamente bebidos.

O a asustar a algún jodido novato en el asteroide con una noche en el cuartelillo, puto vejestorio, o a pegarle unos tiros a algún pringado que haya tenido la mala suerte de caerle mal al jefe de las FS. La vida en esta piedra es una mierda, Maratía. Cuanto antes salgas de aquí, mejor.

—Y de todas maneras no vivimos tan mal, no... Los trabajadores son explotados hasta que la Compañía Federal no deja ni el tuétano de los huesos, je —pero qué jodida hija de la gran puta que eres, vieja, ahí, disfrutando de la miseria de los demás—. Aunque no te creas que toda la diversión es para las clases no especializadas, no. Los agentes de seguridad destinados en este asteroide son las heces que nadie quiere en la Armada, el Ejército y hasta en las FS de otros sistemas. ¿Sabes por qué somos el sobaco de la Confederación, niña?

Sin detener la marcha, se volvió a medias para lanzarle la pregunta a Mara. Ésta sólo ponía cara de interés y asentía a las palabras de la anciana como si estuviera bebiendo las enseñanzas de la más sabia de las fuentes. Sí, jodida vieja. Y muy bien. Esta mierda de roca orbitando alrededor de un sol indigno e incapaz de mantener planetas habitables es el puto sobaco de la Confederación porque tenéis suerte, hijos de puta. Hay peores partes del cuerpo humano a las que parecerse, joder, aunque no todas huelan tan mal. Aunque notaba la cartuchera bien sujeta al muslo, se llevó la mano al interior de la capa para comprobar que seguía allí. La canana con el par de disipadores térmicos y hasta el bloque extra de munición también estaban en su sitio. Mejor asegurarse otra vez, ¿eh, tía?

—Y los jefecillos mandados por la Compañía, los que manejan aquí el cotarro durante un año estándar simplemente se llenan los bolsillos a expensas de los de abajo mientras tratan de engañar a los de arriba —seguía diciendo Monker, cínica profesional, evitando pisar un charco oleoso con una serie de traspiés bien calculados—. Y siempre están los mendigos y los drogatas pululando como ratas por los callejones más sucios. ¡Y en esta colonia todos los callejones son sucios! —exclamó, soltando a continuación una carcajada.

Como ocurría unas dos o tres veces cada ciclo, la humedad ambiental decidió en aquel instante condensarse alrededor de las partículas que saturaban el aire. Bajo esa llovizna de suciedad y el rumor de la supervivencia mal llevada, Mara y la minera se introdujeron en el laberinto de callejuelas. En los suelos y paredes había todo un tapiz confeccionado por nauseabundos retales que ni siquiera se podían llamar basura. Los restos mohosos que debían esquivar a veces lo mismo podían ser el contenido de un cubo de residuos urbanos como pertenecer a algún infortunado trabajador pudriéndose en una esquina. Y no eran dos posibilidades excluyentes, a juzgar por cómo olían. Dos musculosos mineros se acercaban con aire hostil hacia ellos hasta que reconocieron a la vieja y, saludándola con mucha deferencia, se apartaron y siguieron su camino. Son los créditos, tía. Los créditos son más seguros que un desintegrador, así que puedes soltar la culata del arma, joder. Piensa en los malditos créditos que te gastarás en el spa más lujoso de la puta galaxia y el paseo se te hará soportable.

—¡A veintidós años luz de mi querido Ceres, niña! —había auténtica melancolía tiñendo su voz. Ojalá tú también pudieras decir que habías estado tan cerca de la Vieja Tierra, tía—. Bueno, pues llevábamos poco más de dos semanas en ese puto guijarro alejado de la mano de Theos —Monker había vuelto a su tema estrella—, manteniendo una posición ni necesaria ni agradable para que cuatro ricos jodidos optimates de Marte obtuvieran su iridio de Ajeckack. ¡Pfff!

Dejaron atrás el complejo minero y las calles “respetables”. El mero peso del arma en la cartuchera, bien sujeta al cinto y al muslo, la tranquilizaba. Miró al cielo artificial. En ningún momento pudieron escapar de las holopantallas gigantes colocadas en todo lugar elevado y que bombardeaban la colonia con anuncios comerciales y mensajes alentadores del gobierno. Al llegar al distrito de viviendas les saludaron hilera tras hilera de edificios auto-construibles.

—¿Tú te crees que tiene sentido mantener a ciento veinte tíos en una mierda de roca para asegurar el cargamento de iridio? ¿Acaso no hay iridio de sobra más cerca del Sistema Solar? —y rió con una risa más parecida a una tos que a una carcajada—. Yo te diré la respuesta: intereses e influencias. Los jodidos optimates de la Compañía Federal manejan el Senado de la Confederación como les viene en gana.

Cualquier misionero del puto Dogma Capitólico salivaría de anticipación al ver... coño, esto. Si no fuera porque las causas perdidas no generan suficientes beneficios a los cenobiarcas... Una colonia habitada por meros drones humanos que se veían relegados a un trabajo para el que ni siquiera se destinaban drones de verdad. Pon tres mil personas, tía. Theos. Tres mil jodidas almas sin alma. Joder.

—La política es una mierda —dijo la parte de Mara que seguía atenta al monólogo de Monker mientras el resto deambulaba por los alrededores de la consciencia.

Los siguientes cinco minutos continuaron con un escaparate de variedades sobre las aventuras de la minera en los Cuerpos de Infantería de la Armada Federal, aderezados con las opiniones, muy gráficas algunas de ellas, que tenía de los optimates de la Compañía Federal, sus madres, padres, hijos, hijas y mascotas, y del lugar de su anatomía por el que podían meterse sus diferentes extremidades de una manera desagradablemente interracial. Déjale que se desahogue, que cuente lo que le salga del culo. Ya no te impresionas con facilidad, ¿eh, Mara? Que siga a su rollo mientras coges la mercancía. Y los créditos, sigue pensando en los créditos, tía.

—Pero, ¿qué pasó, vieja?

—¡Ah, sí! Estábamos de patrulla por el espacio intersistémico, vigilando la Puta Nada “por si acaso” algún listo decidía no utilizar las Puertas de Salto e intentaba colarse sin permiso —su rostro se mantenía al frente, los ojos desenfocados y perdidos en recuerdos mientras sus piernas, que sabían adónde se dirigían, continuaban el traqueteo hacia su destino—. Dos fragatas de clase Almádena, con treinta y cuatro soldados como yo dentro, más la tripulación. Naves nuevecitas, hasta se notaba el olor de recién salido de fábrica. ¡Con decirte que podía afeitarme el coño mirándome en el casco del cacharro aquél!

No tienes más que soportar su cháchara, seguirla, ver si la mercancía es buena, que lo será, como siempre, volver al hangar, transferir el dinero y esperar cómodamente algunas horas para recibir el contenedor repletito de cristal negro. Oh, sí, y piensa en ese magnífico spa en Aquaria... Mara se permitió una sonrisa mientras seguía a Monker por entre las manzanas de edificios. A pesar de todas sus extrañezas y su asqueroso aspecto, la anciana era de fiar. Su sonrisa se ensanchó al volver a pensar en la jubilación anticipada.

—Pues de repente recibimos un hiper-relé desde la central en Eta Cassiopeia. Tres transportes cargados hasta los topes estaban siendo atacados por piratas del Cúmulo, y la maldita escolta que acompañaba a los supertransportes de la Compañía necesitaba refuerzos —bufó con desdén, carraspeó y limpió su garganta con un gargajo directo a una pila de basura—. Como siempre, he de decir. No sé cómo será ahora, niña, pero ¿de verdad se creen que cinco minúsculos patrulleros del año de la Expansión y necesitados de un remachado completo constituyen una escolta? ¡Pff! Bueno, pues para allá que fuimos las dos fragatas.

Una persona normal podía dilapidar su vida trabajando como un esclavo, conseguir reunir suficientes créditos para permitirle malvivir y, si los impuestos y las reestructuraciones laborales le dejaban, pasar sus últimas décadas dependiendo del sudor de sus descendientes. Ellos ya habrían empezado a recorrer el mismo sendero. Vivir en la Confederación era difícil. Y más si te dedicas a robarle en la puta jeta a la Compañía, hostias. Jodidos plutócratas. Putas leyes por y para los optimates.

—Te juro que no hay nada peor que un salto en situación de alerta-5. Je, dos años luz en menos de veinte minutos. Eso es velocidad, niña—aseguró con vehemencia—. El tema es que después de tener la nave en gravedad mínima durante el salto, o sea, nada más revertir al espacio real, nos acercamos al convoy mediante un tirabuzón en aceleración máxima. Nos habían entrenado para eso y casi vomité dentro del maldito casco —eso, venga. Ni te lo imaginas, ¿ehtía?—. Ni dos segundos después ya sentíamos los impactos de los haces de partículas del jodido puto acorazado pirata, ¡todo un clase Barracuda!, atravesando nuestros campos de deflexión y granizando sobre el casco de la nave...

Mara no pudo sino dejarse llevar por la narración. Una batalla en el vacío. Las únicas luces: las erupciones de plasma de las astronaves desgarradas. ¡Cuidaotía! A punto estuvo de meter la bota —carísimasbotasdepieljoder— en un charco de ignota naturaleza... y de no muy claro estado físico. Arrugó la nariz ante la vaharada de hedor que salpicó su pisada. Sacudió el pie. Putoascocoño. Tuvo que correr para alcanzar a la patizamba anciana. Monker no había dejado de hablar.

—... así que por fin empezamos a entrar dentro del acorazado pirata de uno en uno, preparados para enfrentarnos a lo que hubiera esperándonos dentro. Nada de nada. Un almacén con algunos contenedores estancos claveteados al suelo —entusiasmo teñido de melancolía. Rescoldos de ardor juvenil en una hoguera con más cenizas que combustible—. En un plisplás, Newman taponó el agujero con un escudo de tensiplast, evitando así que tuviéramos que abrirnos paso hasta el puente de mando en el vacío cada vez que entráramos en un corredor. Farah, una recluta que todavía lucía ampollas en el culo de lo nueva que tenía la armadura, creo que la chica era de Aurora... ¿o era de Theah...? —se detuvo un momento y se rascó la cabeza. Caspa, polvo y suciedad varia nevaron tras el gesto. Al instante se encogió de hombros y reanudó la marcha—. Es igual, el caso es que la novata se acercó a la puerta con un pegote de explosivo plástico. Nunca llegó —a pesar de sólo verle la espalda, Mara supo que una sonrisa de añoranza cruzaba el rostro de la anciana—. La puerta reventó hacia dentro, hacia nosotros, con una fuerza de la rehostia, llevándose la mitad superior de Farah con ella. A un grito del sargento nos hicimos a los lados, pero yo tardé un poco más de lo debido… Precisamente aquél día tuve mala suerte.

—¿Por?

—Porque los putos soldados de marina del acorazado nos esperaban con una Sons-43 a unos tres metros de la puerta, ja —contestó con una risa amarga—. ¡Imagínate! Lo mejor en armamento medio que la Compañía producía, una preciosidad con trípode autoextensible y refrigeración por disipación carbónica, la primera hornada salida de fábrica menos de medio año antes... ¡y los jodidos piratas del Cúmulo ya la tenían! —aquí su humor descendió varios grados bajo cero—. Vete a saber a quién se lo habían robado o...

O quién lo había comprado para ellos, sí, vieja, lo sé. La balanza del poder en el Senado se mantiene tan fija como una jodida vaca sobre una pelota de playa encima de una película de aceite. Los ojos de Mara fueron inconscientemente hacia la pierna izquierda de Monker. La que le hacía cojear tan ridículamente. La que había hecho que deseara que la vieja no se bajara los pantalones aquella vez en la taberna para mostrarle lo que ella ya sabía que había bajo la tela: una extremidad de metal gris azulado que se extendía desde una cadera protésica hasta la zarrapastrosa bota. Sabía que estaba construida a imitación de la musculatura de una pierna normal, que era más mate que brillante y que estaba surcada por numerosas estrías y rozaduras. Que justo donde tendría que estar el cuádriceps la superficie se doblaba hacia dentro, resultado seguro de un golpe. Incluso la articulación de la rodilla, que debía de ser una perfecta obra de ingeniería cibernética, estaba descentrada. Eso creaba una serie de desconcertantes crujidos cada vez que se doblaba y le provocaba a la minera el característico balanceo cuando caminaba. Los cuidados médicos de la Armada Federal eran famosos por arreglar lo imposible, incluso las horribles heridas provocadas por un desintegrador de repetición Sons-43. Por supuesto, a la Compañía le salía barata tanta dedicación a la salud de los soldados, ya que había invertido muchos créditos y mucho tiempo en entrenarlos para todo tipo de situaciones. “Tú vales”, decía el lema oficial de la Compañía Federal. Y cada uno de ellos valía como un regimiento entero. Lo que sigue siendo un puto misterio es cómo coño mea. Porque no tiene de eso, ja. La prótesis cubre por completo toda la entrepierna. Oye, pero mira tía si son cojonudos los médicos del Mundo de Barnard, hostia, sí.

—¡Bueno, bueno, niña! —exclamó entonces Monker, cortando los pensamientos medio asqueados y medio fascinados de la joven—. Ya hemos llegado, je.

Se detuvieron frente a un almacén con pinta de estar abandonado y situado en medio de los bloques de viviendas. Son todos iguales, como huevos sucios en una puta huevera rodeada de más hueveras. Y que huelen a mierda de pollo. Menos mal que los focos del techo no los alumbran bien, joder, porque vaya puto espectáculo. La anciana Monker manipuló un lector de retinas más viejo aún que ella y la puerta corredera —metal abollado y con lagunas de óxido— se abrió.

—Claro que aquella vez me salvé por los pelos —continuaba la minera—. Quien no tuvo tanta suerte fue el enlace sindical, un jovencito con el uniforme de los Interrogadores. El chaval sí que me ponía los pelos como escarpias, te lo juro. Tenía esa piel blanca y tensa de los descendientes del Primer Viaje a Vega. Y unos ojos casi rojos, ¿te lo puedes imaginar, niña? Joder, es que cada vez que me miraban esas pequeñas lucernas se me aflojaba el culo, te lo juro —renegó Monker.

El único fluorescente que funcionaba se encendió. Pronto también moriría; la luz titilante emitía un zumbido como de mosca impertinente. Llamar a esto “hogar” es una jodida broma, coño, que la calle huele mejor. Si alguna vez te ves viviendo en un antro así, hazte un favor y vuélatelacabezatía.

—Uno-dos-tres. Uno-dos-tres. Uno-dos-tres —empezó a decir con voz monocorde—. Así todos los días cuando Jansen... ¿o era Hansen? ¡Mierda, ya no me acuerdo de su nombre! Bueno, da igual, el caso es que concentraba mi mente en el uno-dos-tres cuando el jodido hurgamentes andaba cerca. ¡Si quería meterse en mi cabeza, no se lo iba a poner fácil, no señor!

Sólo un cuarto del volumen disponible estaba más o menos habilitado para vivir. Monker y Mara se deslizaron a través del poco espacio del cubículo no ocupado por algo. El balanceo al andar le permitió a la vieja esquivar una mesa plegable junto a dos destartaladas sillas. Sobre ellas descansaban años de coleccionar revistas impresas en plastipapel de muy diversa temática: militares, de vehículos, de actualidad y hasta —¿para qué cojones le sirven?— pornográficas. Completaban el mobiliario de última generación un colchón sucio colgado de una pared y una unidad procesadora de alimentos que a todas luces hacía años que no funcionaba. ¡Cuidado con la palangana! Joderquéascojoder. Repartidos con generosidad por encima de todas las superficies y amontonados en cada rincón se podían ver harapos, botellas rotas, restos de paquetes de comida racionada —con el sello de la Armada Federal descolorido— y trastos que en algún momento del pasado pudieron ser tecnológicos.

Eso en una mitad de la vivienda. La otra, separada por un biombo de aluminio, servía de almacén o vertedero de gran variedad de artículos. Restos de maquinaria inútil, componentes electrónicos saqueados de cualquier parte, cajones de plástico repletos de todo tipo de adminículos de ignota naturaleza y procedencia...

Y por fin, apilados contra una de las paredes algo combadas, no menos de una docena de arcones metálicos de alta seguridad con el rimbombante logotipo de la Compañía Federal, la Nova Blanca. Nuevecitos, limpios y cromados.

La minera, apartando de una patada los restos de un androide destripado, se dirigió directamente hacia allí. Con una desagradable risita y una mirada de soslayo a Mara, abrió sin ceremonias ni tapujos uno de ellos. La tapa se deslizó hacia atrás con un siseo de descompresión. Monker llamó a Mara con la mano. Un gesto inútil, pues ella ya se había visto atraída por el contenido de las cajas. Con el cuerpo en tensión y los ojos abiertos por completo, la presencia de la minera quedó relegada a un segundo plano

Allí estaban.

Oscuros, brillantes, pulidos, cortantes. Cincuenta kilogramos de uno de los bienes de lujo más apreciados y caros de la galaxia. La anciana hundió la mano derecha en los cristales sin manufacturar, extrayendo uno de ellos y alargándoselo a Mara. Sus ojos no habían parpadeado desde que Monker había abierto el arcón. Un artículo que lo mismo realzaba una obra de arte que recubría la punta un proyectil perforante. Sólo los optimates controlaban su distribución y adquisición. Perfecto, perfecto, joder. Míralo, ohTheosjoder. Las aristas, capaces de cortar la aleación más dura de blindaje cerametálico. Las superficies, que absorbían la luz y luego la devolvían transformada en un violáceo y oscuro reflejo de realidad. Toda esa maravilla y apenas pesaba lo que una pluma en su mano. Cincuenta. Putos. Kilogramos. Tía.

—¿Qué te parece, niña? —le preguntó por fin Monker, sonriendo con algo similar a la condescendencia.

Quitas los gastos del viaje, el pago a la vieja, los sobornos y las “tasas” de distribución de Utherson en la estación orbital de Titán... Las preciosidades que estaba contemplando podrían reportarle casi quince mil créditos federales. Dos viajes más y podrás retirarte antes de los treinta, Mara. Prepárate para tostarte la piel en el spa más caro de Aquaria.

—Es… perfecto —contestó Mara, volviendo a la realidad. Devolvió el cristal al arcón con un gesto veloz y se volvió hacia Monker, esforzándose por adoptar un tono frío y serio. Se avecinaba el regateo—. ¿La tarifa habitual?

La anciana se llevó la mano a la oreja.

—¿Te he entendido bien, niña? ¿Acaso no hablas espanglish?

Fiel a su tono, lanzó una carcajada.

—No, niña, no. La de la otra vez con el tipo de interés ajustado que la Compañía usa para artículos de lujo. Más un cuatro por ciento —añadió con una sonrisa—. Tengo los índices de la Bolsa Federal actualizados cada hora —explicó.

No me jodas, puta arpía.

—Con tus términos tendré suerte si logro llenar el depósito de la Cristal Ígneo una vez atraque en Titán— se cruzó de brazos—. ¿Sabes a cuánto sale la microcápsula de antimateria?

—Je, me importan un comino, niña, tus gastos —sentenció la otra con un encogimiento de hombros—. Ya sabes cómo están las cosas.

—Están como tu quieres que estén, vieja—exclamó Mara. Clavó la mirada en Monker—. No te creas que no sé que en esta mierda de roca tienes a todos comprados de una u otra manera. No me toques las pelotas —añadió. Y se llevó la mano instintivamente a su arma.

—Eres insistente, niña. Terca. —terció finalmente Monker con una sonrisa de satisfacción pintada en la cara—. ¿Sabes? Me recuerdas a una chica que conocí cuando todavía no tenía pelos en el coño, allá en Ceres —suspiró con nostalgia.

Sacudió la cabeza.

—Te diré lo que haremos: olvídate de ese cuatro por ciento, niña. Por ser tú lo dejaremos en el uno punto cero cinco, ¿eh?

Terminal uno. Dársena cero cinco. Ahí se encontraba la astronave de Mara. Te tiene controladita, Maratía. Maldito deshecho pestilente, hostiasjoder. Te gusta mear por encima de la gente, ¿eh? Eres tan mierdas como cualquier optimate de la Compañía, sólo que en vez de gastarte el dinero en escorts exóticos y lujazos sin par, te lo gastas en... ¿en qué? ¿Para qué cojones quieres tú el dinero?

—Acepto —gruñó por fin.

—¿Lo quieres en tu nave o te lo llevas puesto? —añadió la minera con una risa cascada. Cerró de una patada el contenedor.

—En la nave.

—Pues antes de cinco horas lo tendrás allí. Una vez, ja, que certifique la transferencia…

—No me jodas, vieja —repitió Mara, tal vez más seca de lo necesario—. Tendrás tu dinero. No dudes de mí.

—Oh, que no dudo, niña —replicó ella, descartando el comentario de la joven con un movimiento de la mano y un cabeceo—. Pero tengo mis normas, y no voy a pasar de ellas ni por ti ni por una docena de bailarines acuáticos de Beta Hydri, de ésos con las mingas hasta aquí —añadió, con un gesto explícito.

Por el rostro de Mara cruzó una mueca de asco. Tienes la papeleta ganadora de la puta rifa de los jodidos negocios redondos, tía. No molestes a la vieja. Y sonríe. Más.

—De acuerdo —dijo la joven contrabandista—. Tus jodidas reglas son las mías.

—Ése es el espíritu, ja, niña —contestó Monker, amagando una palmada en la espalda de Mara, quien, inconscientemente, se encogió.

La anciana acompañó a Mara hasta la salida. No dejó de emitir su desagradable risita. La despidió con un lascivo guiño y cerró la puerta de su vivienda.

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#14 / Empiezan los envíos

Muy buenas tardes a tod@s.

Por fin tengo las contestaciones del 95% de los mecenas. Como esto no puede ni debe dilatarse más (mil disculpas), la semana que viene comenzaré con los envíos.

Espero que cuando leáis la novela os guste tanto como e gustó a mí escribirla. La segunda parte está medio cocinada ya y no faltará para que la lance.

Mientras tanto, daros de nuevo las gracias a tod@s. Sin vosotros no soy nada.
¡Vosotr@s valéis!

#13 / ¡Ya en imprenta!

Bueno, pues por fin la maqueta de la versión exclusiva se encuentra en imprenta. Me han informado de que a mediados de noviembre estarán todos los ejemplares en mi casa. Así que a finales de la semana que viene enviaré los formularios para que los respondáis.

¡Podréis disfrutar de la novela estas Navidades!

De verdad que os agradezco muchísimo vuestra paciencia.

¡Seguiré informando!

#12 / Re-arranca la novela

¡Buenos días a tod@s!

Después de este verano lleno de incertidumbres, desgracias, obstáculos y accidentes (que parecía que estábamos malditos), puedo anunciaros una buena noticia:

¡¡La maquetación de la versión especial de la novela ya está casi terminada!!

A lo largo de esta semana se finalizará para que a principios de la que viene se envíe a imprenta.

Gracias por la paciencia, por la espera y por no mandar a alguien para que nos partiera las piernas.

PD: claro que si alguno ha sido el obrador de nuestra maldición... bueno, pillamos la indirecta. XDD

#11 / Estamos en Avilés, en el Festival Celsius 232

Bueno, pues ya llegó la hora. La novela que habéis hecho posible se encuentra expuesta y a la venta en el Festival Celsius 232, junto a las obras de los compañeros de NEUH.

Nuestro hogar durante el Festival Celsius 232.
Nuestro hogar durante el Festival Celsius 232.

Si estos días os encontráis por el norte, no dejéis de pasar por Avilés. ¡Espectáculos, charlas, talleres y un montón de cómics, ilustraciones, merchandising y novelas de fantasía y ciencia ficción os esperan!

¡Qué ilusión!
¡Qué ilusión!

Pero eso no es todo:

Los compañeros de NEUH estamos sorteando cada día packs temáticos. ¡Cada 5€ de compra ta de derecho a una papeleta! Mañana jueves es el pack sci-fi. ¡Podéis ganar un "Vodka solo y Cristal Negro" junto con un "Horizonte 6", una novelita de Caryanna Reuven genial y que se os quedará corta de lo rápido que la devoraréis!

Y, por si fuera poco, el viernes de 17:00 a 18:00 yo mismo estaré allí ¡firmando libros! No tenéis ni idea de la ilusión que me hace.

Así que ya sabéis, poned rumbo a Avilés y disfrutad de un verano diferente.

#10 / A través de la Caída, la Niebla y el Fuego

Hago mío el juramento de los Dragoneros de Pern para aseguraros, queridos mecenas, que pese a las adversidades el proyecto sigue adelante y va tomando forma.

El bueno de Dani sigue con movilidad reducida, así que las últimas ilustraciones de la versión exclusiva (que queda confirmado que se llamará "Edición Optimate") todavía no están terminadas. Me he puesto como fecha límite empezar a enviaros la Edición Optimate en septiembre. Si hay que recortar ilustraciones... pues se hará. No puedo dejaros esperando meses.

Pero por el lado bueno ya tengo las ediciones normales. ¡Qué bien huelen, a libro nuevo! Os dejo un par de fotos.

¡Qué maravilla!
¡Qué maravilla!

Tacto suave, olor delicioso, lectura cómoda...
Tacto suave, olor delicioso, lectura cómoda...

Y también puedo deciros que están los marcapáginas. ¡Son fantásticos! Bastante rígidos, muy suaves y con un acabado de ensueño. ¡Vedlos vosotros mismos!

Por un ladito...
Por un ladito...

... y por el otro.
... y por el otro.

leer más

#09 / ¡Noticias frescas frescas frescas!

Mi muy queridos mecenas, siento el silencio de estos últimos 20 días. El trabajo de maquetación, comprobación, papeleos y demás me ha llevado mucho más tiempo de que esperaba. Bueno, era mi primerito día, como decía Homer después de casi empezar la Tercera Guerra Mundial. Nadie nace enseñado, y yo he aprendido un montón gracias a los errores cometidos.

El asunto es que ¡la versión normal de la novela ya está en imprenta! La temperatura del horno ha sido comprobada, la bandeja colocada en el sitio correcto... ¡y a cocinar! La verdad es que revisar la prueba de impresión ha sido emocionante y agotador. Emocionante porque ha sido como tener a mi primer hijo en brazos después de tantos meses de espera. Agotador porque... porque ha sido como cuidar de mi primer hijo sin tener ni idea de cómo ser padre. ¡Supongo que algunos me entenderéis!

Los marcapáginas y las láminas también están terminando de imprimirse.leer más

#08 / Campaña finalizada con éxito

¡Enhorabuena a todos!

La campaña ha sido un rotundísimo éxito. 2113 €, que se dice pronto.

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La aportación más seleccionada ha sido (y por mucho) la de "Ejecutivo de la Compañía Federal". ¡Versión exclusiva para un montón de vosotros!

Paypal ya os habrá notificado que os hace el cobro de la aportación. Si elegisteis "tarjeta" como medio de pago, todavía tardarán unos días. Bueno, yo no me he dormido en los laureles. Ya estoy cerrando cosas para así poder tener la novela impresa cuanto antes. Y el portal web operativo, claro. ¡Qué nervios!

Y es que hemos logrado una meta... pero la carrera sigue. ¡Esto parece que no ha hecho más que empezar!

Os mantendré informados, ya sea por aquí o por mis perfiles de twitter y facebook.
¡Estad atentos!

¡Y gracias por vuestra confianza!

#07 / ¡¡Conseguida la edición mejorada!!

A dos escasos días del final de la campaña de financiación, ¡hemos alcanzado los 1900€! Por favor, permitid que me repita: ¡1900€!

Es importante no sólo porque signifique que hay mucha gente que confíe en mi proyecto (vosotros, queridos e inestimables mecenas), sino porque además podré publicar la novela como yo quería que se publicase. Papel de calidad, solapas y elevalunas eléctricos ¡lo que cualquier lector amante de los libros desea!

Por tanto, la edición normal quedará así:
- La novela íntegra (~230 pág.).
- Papel ahuesado de 90 gr.
- Tamaño 15x23 cm.
- Encuadernado rústico a color con solapas.

La versión exclusiva seguirá como estaba:
- La novela íntegra dedicada, numerada y con extras (~250 pág.):
- Ilustraciones en la cabecera de cada capítulo.
- Bocetos de personajes, lugares y tecnología.
- Mapas.
- Anexo con datos sobre el funcionamiento la Confederación.
- Biografía de los protagonistas.
- Papel ahuesado de 90 gr.
- Tamaño 15x23 cm.
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#06 / 10 días para la meta

Queridos accionistas de la Compañía Federal, agentes al corriente de pago, ejecutivos de las corporaciones, inversores y proletarios varios, probos ciudadanos de la Confederación todos... ¡apenas quedan 10 días para el fin de la campaña!

Dicen que la fuerza más poderosa del universo es el interés compuesto. Sin duda los optimates de la Compañía Federal estarían de acuerdo con esta afirmación, pero yo no. ¡No! ¡La fuerza más poderosa sois vosotros! Sin vosotros este proyecto no sería sino papel mojado, un sueño abandonado, un imposible. Vosotros lo habéis logrado, mecenas.

"Vodka solo y cristal negro", primera aventura dentro del universo de "La Confederación", será una realidad.

Pero, repito, todavía quedan 10 días (diez, sólo diez) en los que el proyecto sigue pudiendo recaudar fondos. ¡Y por eso imploro vuestra ayuda!

¡Difundid el proyecto entre vuestros conocidos!

¡Regaladle otro ejemplar a la friki de vuestra sobrina favorita!

leer más

#05 / ¡¡Objetivo logrado!!

Ésta es una entrada importante por varios motivos.


El primero y más obvio de todos es que "Vodka solo y Cristal negro" se financia con éxito ¡en la mitad del tiempo requerido!

Gracias a todos vosotros, este proyecto verá la luz. Gracias a todos vosotros, el universo de "La Confederación" será realidad en poco tiempo.

Vosotros sois los artífices de este éxito.

¡Vosotros Valéis!


El segundo motivo es que el colectivo NEUH me ha aceptado entre sus filas.

NEUH
NEUH

NEUH (No Es Un Hobby) lo constituyen un grupo de autores de cómic, novelas, ilustraciones y artesanía que, convencidos de que la unión hace la fuerza, han decidido presentar sus trabajos auto-editados bajo el mismo sello. Trabajan conjuntamente para mejorar las condiciones de venta, distribución, presencia en eventos, etc. de los trabajos de auto-edición, convencidos de que es una vía de publicación que cada día dará más que hablar y en la que trae a cuenta invertir desde hoy mismo.

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#04 / ¡Superado el 66%!

Está claro que el proyecto ha adoptado velocidad de crucero y no hay quien la detenga. ¡Gracias a todos!

¡Prometo entrada especial en cuanto lleguemos al objetivo marcado: los 1500€!

Así que no nos durmamos en los laureles. Hay que continuar difundiendo la campaña. Mucho de ese trabajo os lo tengo que agradecer a vosotros. ¡Seguid así!

Y ahora, la continuación del capítulo 1. ¡Disfrutadlo!


Mara se permitió una sonrisa mientras caminaba hacia el espaciopuerto a paso vivo. A pesar de todas sus extrañezas y su asqueroso aspecto, Monker nunca la había engañado. No tenía más que volver al hangar, transferir el dinero y esperar cómodamente algunas horas para recibir la mercancía. ¿Y quién quiere pasarse tres cuartos de siglo deslomándose cuando tienes créditos al alcance de la mano? ¿Que hay que ser listo y coger la vida por los cojones? Tú eres… leer más

#03 / ¡Nuevos niveles de mecenazgo!

Debido a lo bien que va la campaña, con una subida casi rectilínea, que no tiene pinta ni deseos de ralentizarse, hemos decidido lanzar packs de oferta. ¡A por ellos!

¿Quieres regalarle la novela a ese sobrino devoralibros pero también la quieres para ti? ¿Tus dos hijas necesitan un ejemplar para cada una y tú quieres disfrutar de la lectura en tu sofá? ¡Pues aprovecha los packs de descuento!

  • 3 ejemplares de la novela 40€ (5€ de rebaja).
  • 2 ejemplares de la novela exclusiva 40€ (10€ de rebaja).

¿Tienes una librería especializada o una familia numerosa que se alimenta a base de novelas? ¡No lo dudes y lánzate a un envío masivo!

  • 10 ejemplares de la novela 120€ (30€ de rebaja).
  • 20 ejemplares de la novela 230€ (70€ de rebaja).

Y en cuanto lleguemos a los 1000€ de la campaña, ¡continuación del capítulo 1!
¡Hazlo posible! ¡Tú Vales!

#02 / ¡Rebasado el 33%!

Lo prometido es deuda: aquí va la continuación del capítulo 1.
¡Vamos que no falta nada para el 50%!


Mara se levantó y le hizo un gesto para que la guiara. La sonrisa que lucía Monker se torció hacia la izquierda, a todas luces divertida por el ademán de la joven. Salieron de la taberna, la anciana cojeando de una manera un tanto llamativa mientras encabezaba la marcha. La claridad de los focos instalados en el techo de la cúpula disminuía para indicar a la colonia la cercanía del ciclo nocturno. ¡Agh! Huele como una puta pila de perros muertos tostándose al sol. La atmósfera estaba tan saturada de partículas de cristal negro y hollín que todo color quedaba irremediablemente convertido en otro tono más de gris. Vestida como cualquier minero de cristal, su peto sucio y su capa sucia no eran más que dos tonos indistintos que añadir al cuadro a… leer más

#01 / ¡Adelanto por el Día del Libro!

CAPÍTULO 1

Era el quinto vaso de aquel mejunje y Monker no dejaba de hablar. Cualquier ser humano hacía mucho que se habría desplomado sobre la mesa de plástico, derramando la copa y esparciendo su contenido. Su voz, aquejada de ronquera crónica, se elevaba y descendía frente a la algarabía que servía de telón de fondo como la marea frente a la costa. No importaba que dos mesas más allá un grupo de parroquianos jaleara a voz en grito a dos tipos enfrascados en un pulso, ni que la máquina orquestal de la esquina acuchillara con su voz electrónica la melodía de siempre. Ella no se inmutaba.

—Y te digo más, niña —decía la anciana minera—. Una miserable cuota de créditos de trabajo no da para nada. Mira a tu alrededor. Vamos, mira.

Parloteaba sobre las injusticias de la vida —de la suya— mientras, desde el techo, la luz de los… leer más

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