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Las pistas, todas juntitas
August 18, 2013
A lo largo de las últimas semanas he ido desgranando por diferentes sitios una serie de "pistas" sobre lo que contiene el libro, a modo de rompecabezas virtual. Bien, reunámoslas ahora sobre la mesa y a ver si podemos empezar a juntarlas... ¿Os atrevéis?
Una noticia de hace unos años, sobre el suicidio de un contable, dentro del caso del banco Ambrosiano, un famoso escándalo que hizo tambalear al Vaticano: http://t.co/xR5LZXXvYw
Otra noticia, más reciente, sobre pintadas atribuidas a una secta en Barcelona: http://t.co/fD5aRyOBIE
"Shaitán es el Khadhulu" (Corán, sura 25 verso 29) ¿Qué quiere decir este verso del Corán? http://books.google.es/books?id=bEo_Fn-hTR0C&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q=khadhulu&f=false
Uno de los escenarios de "La Frati Nigra". ¿Qué secretos se esconden allí? http://t.co/bJPyCdUn8O
Otro de los escenarios de "La Frati Nigra": el Monte Sephon, la Cima del Mundo, el lugar donde nacieron los dioses... http://t.co/u9pHFavGke
Aproximadamente dos décadas antes de que Abdul Alhazred escribiese el Necronomicón en Damasco, se terminaba de construir en esta ciudad la Gran Mezquita de los Omeyas, un templo consagrado a San Juan el Bautista (sobre los restos de otro que en tiempos arameos estuvo dedicado a Hadad/Baal) y donde se dice que descansa su cabeza. Una cabeza que, según el proceso inquisitorial seguido contra los templarios en el siglo XIV, se identificó con el demonio Baphomet al que supuestamente adoraban y al parecer les proporcionaba sabiduría. ¿Qué hay en realidad en esa mezquita? ¿Qué inspiró al árabe loco? http://moleskinearquitectonico.blogspot.com.es/2010/03/la-gran-mezquita-de-damasco.html
Las fechas que Lovecraft proporciona sobre Olaus Wormius en sus escritos han llevado a la confusión a la mayoría de estudiosos. Según el maestro de Providence, un erudito aficionado a lo oculto con ese nombre fue el que tradujo el Necronomicón al latín tras encontrarlo en una gaazha egipcia, pero sitúa esos hechos en el siglo XIII mientras que el auténtico Olaus vivió en el XVII. En cambio, en el siglo XIII sí vivió Eleazar de Worms, padre del cabalismo, el hombre que fabricó un gólem y escribió un libro en el que contaba los secretos de los ángeles... incluso de los caídos. Decidme la verdad: ¿a qué os recuerda esta página del Sepher Ratziel HaMalach? https://www.facebook.com/photo.php?fbid=152755911587992&set=a.151029901760593.1073741828.148556758674574&type=1&relevant_count=1
Del expediente policial abierto en Scotland Yard con relación al "caso Hermes": anotaciones encontradas dentro de una carpeta bajo el epígrafe "Libro Nigra", en la vivienda de la tercera víctima atribuida oficialmente al asesino en serie Hermes. https://www.facebook.com/photo.php?fbid=152791034917813&set=a.151029901760593.1073741828.148556758674574&type=1&relevant_count=1
A mediados del siglo XIV, un notario francés llamado Nicolás Flamel consiguió, por el precio de dos florines, un extraño libro escrito en un idioma incomprensible que, según sus propias palabras, parecía griego u "otra lengua antigua similar". Tardó más de veinte años en descifrarlo, y sólo lo consiguió tras viajar a España, donde por aquella época estaban los mejores copistas y traductores. Al parecer se trataba de un tratado sobre alquimia escrito por un rabí hebreo. Fuera auténtico o no, la fortuna de este hombre creció de la noche a la mañana de una forma espectacular, y, tras su muerte y la de su esposa, los cadáveres desaparecieron del Cementerio de los Santos Inocentes de París donde estaban enterrados. ¿Qué libro era ése? http://elmurrial.com/2012/09/07/nicolas-flamel-un-alquimista-en-leon-arcaicos-2/
El "Libro de Enoc", un texto apócrifo escrito entre los siglos III a.C, y I d.C. y que sólo la iglesia ortodoxa etíope acepta como canónico, narra una historia que en realidad ya nos resulta conocida, ya que de un modo u otro vemos fragmentos de la misma en muchas mitologías: la de unas criaturas celestiales, los grigori, que, enviados a nuestro mundo como vigilantes de la obra divina, terminan enseñando al hombre las ciencias prohibidas y creando una raza de híbridos monstruosos, los nephilim. Por sus pecados, la tierra fue arrasada por el Diluvio Universal, los gigantescos nephilim se convirtieron en "espíritus malignos" y aquellos ángeles fueron "encadenados en los valles de la tierra". Shem'azza, el más poderoso de entre ellos, está prisionero en la constelación de Orión. Pero, ¿es realmente eso lo que sucedió? http://es.wikipedia.org/wiki/Libro_de_Enoc
Omni komensas kun la morto. La morto te pontiga a tu por la vivo, te pontiga a tu por la voyo di la obskurezo a la lumo.To esas la voyo, to esas la sakrifico. (Extraído de "La Libro Nigra", considerada la biblia de la Frati Nigra)
En 1928, un campesino alauí descubrió, en las proximidades de la localidad siria de Minet El Beida, los restos de una antigua necrópolis. Fue el inicio del hallazgo de una de las ciudades más importantes de la historia: Ugarit. Destruida hace más de 3000 años por los enigmáticos Pueblos del Mar, y posteriormente relegada al olvido, esta ciudad-estado fue la cuna del que probablemente sea el primer alfabeto conocido, un legado que perdura hasta nuestros días ya que de él derivan todos los que existen actualmente. Es muy probable además que allí se desarrollaran, como consecuencia de ese gran avance en la transmisión del pensamiento, la mayoría de fenómenos culturales y sociales tal como hoy los conocemos, desde el arte y la literatura hasta la religión. En el interior de Ugarit se hallaron dos templos, uno dedicado a Baal y otro a Dagón. Pero vayamos a lo que nos ocupa y díganme si no les resulta también familiar el alfabeto ugarítico, ni curioso que justo ese mismo año de 1928 se editase, en la revista Weird Tales, el que está considerado el primer relato de los Mitos de Cthulhu: precisamente "La llamada de Cthulhu". http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Ugaritic-alphabet-chart.svg
La lucha entre el Bien y el Mal es tan antigua como la civilización, y a ningún historiador le queda ninguna duda de que ésta surgió en Sumeria hace unos 6000 años. Agrupado el ser humano en núcleos de densa población, se hizo indispensable la creación de normas sociales que estableciesen lo permisible en esa convivencia, siendo el mito de Enki e Inanna la primera referencia que se tiene. Según ese mito, encontrado en la ciudad de Uruk (la misma donde se inventó la rueda), el dios del agua Enki -sí, ése que con el paso del tiempo acabaría convirtiéndose en el semita El, y por tanto en el Dios cristiano- custodiaba los "Me", unas tablillas donde se establecían todas las normas que debían regir el universo, pero Inanna, la diosa del amor, se las robó para llevarlas a Uruk, su ciudad. Fue el primer pecado de la historia. Sin embargo, se redimió enfrentándose a Ereshkigal, la diosa del inframundo, en una batalla apocalíptica que estuvo a punto de destruir toda vida.¿Qué contenían esas tablillas?
Fue "Las Mil Y Una Noches" lo que lo lió todo. Hasta la aparición, en el siglo IX, de ese compendio de mitos y cuentos populares orientales, el rey Salomón había sido un personaje más del Antiguo Testamento, famoso, sí, por sus sabias decisiones, pero controvertido por sus amoríos y por la inclusión en los textos sagrados del "Cantar de los Cantares", narración erótica supuestamente atribuida a él. Sin embargo, a partir de entonces se le dotó de una aureola mágica que ha perdurado hasta nuestros días. Por si fuera poco, en el siglo XIV, y en la Italia renacentista, surgió otro texto del que también se le concedió la autoría: el "Clavis Salomonis", un grimorio enclavado dentro del Ars Goetia, o sea pura brujería. A partir de ahí, la locura. Han sido centenares los títulos que desde entonces pretendían ser las auténticas Claves de Salomón, aunque quizá las más famosas sean el "Lemegeton", del siglo XVII, y el que todavía hoy se sigue editando, la pretendida traducción de Eliphas Lévi. ¿Pero cuál es el auténtico?
Según la Midrash, esa impresionante colección de eruditas reflexiones y comentarios rabínicos dedicados a la comprensión del Tanakh o Biblia hebrea, el ángel Raziel (también llamado Raquel en algunos textos) estaba tan cerca de Dios que conocía todos sus secretos y acabó plasmándolos en un libro que entregó a Adán y Eva cuando éstos fueron expulsados del paraíso. Robado después por ángeles envidiosos, fue recuperado y devuelto a la humanidad por Rahab, el demonio primordial de las profundidades marinas (¿de qué me suena esto?). Enoc, Noé y después Salomón fueron sus poseedores, hasta que, en un momento indeterminado de la historia, ese libro se perdió. Es mencionado luego en "La espada de Moisés", un grimorio cabalístico del siglo XIII, refiriéndose probablemente a la compilación más tarde atribuida a Eleazar de Worms y de la que pretende ser su auténtica reedición la versión en hebreo que se publicó en Amsterdam en 1701. El original, sin embargo, se dice que se encuentra, ¿cómo no?, en la biblioteca secreta del Vaticano. ¿Dónde está realmente ese libro? http://oreinsof.blogspot.com.es/2011/08/sefer-raziel-hamalaj.html
A pesar de todos los intentos de los sistematizadores de los Mitos de Cthulhu (empezando por August Derleth, sumo pontífice del culto tras la desaparición de su creador) por convertirlos en dualistas, con fuerzas opuestas enfrentándose por el control del cosmos, Lovecraft jamás creyó en esto, y en el universo literario que construyó sólo había un poder que imperaba: el caos absoluto. Si el mundo fue creado, fue por error, y las consecuencias de ese error, o sea la instauración de un falso orden superficial que apenas se aguanta porque no es, ni de lejos, su condición natural, es lo que las criaturas que habitan al Otro Lado deben subsanar para reclamar lo que les pertenece. Esto no es nuevo: la mayoría de las religiones antiguas aceptan que hubo un caos primigenio y que no existió un principio creador consciente. Una creencia que empezó a variar en Egipto, tal vez porque fue allí donde se empezaron a formar las bases del monoteísmo (seguro que lo de Akenatón resultó algo más que una anécdota histórica), pero sobre todo en Persia, con el zoroastrismo y sus luchas eternas entre el Bien y el Mal, la Luz y la Oscuridad, Ormuz y Ahrimán. Fue allí, ¿cómo no?, otra vez en Oriente Próximo, donde las ideas dieron un vuelco y, de pronto, empezó a hablarse de un principio creador e increado que hasta entonces no existía, llámese Ahura Mazda, Dios o Alá, y de un conflicto cósmico que anteriormente nadie se planteaba. ¿Qué influyó en este cambio? ¿Porqué habló así Zaratustra?
Pocos libros han influido tanto en el pensamiento esotérico y mágico de los últimos tres siglos como el Libro de Thot. En su origen una serie de papiros fragmentados, de difícil correlación, pertenecientes al período ptolemaico del Antiguo Egipto, que contiene los diálogos entre el dios Thot -divinidad asociada a la sabiduría y los escribas, pero también a los secretos y la magia- y un supuesto discípulo, se llegó a convertir, al sincretizarse dicha deidad con el griego Hermes Trimegisto, en un texto fundamental de las escuelas herméticas helenísticas. Sin embargo, la puntilla le vino en el siglo XVIII, cuando a un ocultista francés, Jean-Baptiste Alliette, se le ocurrió que podía interpretar las figuras del tarot con las enseñanzas de ese texto egipcio. Alucinación a la que, por supuesto, muchos se sumaron. ¿Pero existe de verdad esa relación entre el tarot y el Libro de Thot? Es más, ¿qué es el Libro de Thot?
Es sólo un rumor surgido a posteriori y nacido de la pluma de Colin Wilson en 1978, pero corrió como la pólvora entre las malas lenguas que Winfield Scott Lovecrat, padre de Howard Phillips, un representante de comercio amargado, alcohólico, mujeriego, y que al parecer producto de sus excesos acabó sus días en un frenopático (muriendo en 1898 a causa de paresia, un estado terciario de la sífilis), perteneció también a una logia de la francmasonería del rito egipcio. Esto no sería de extrañar, ya que por la época en que vivió el bueno de Winfield ese tipo de logias empezaba a abundar por toda Rhode Island, y de algún modo tenía que distraerse este hombre viendo lo que tenía en casa. Sin embargo, se asegura también que Lovecraft senior poseía un ejemplar de cierto libro titulado "Book of the essence of the souls", y que algunos han dado en identificar con el Liber Logaeth de Alkindi (el auténtico, el escrito en el año 850, y no el fraude perpetrado por Edward Kelley en el siglo XVI que es el que se guarda en el British Museum). Hay quien dice, incluso, que el Necronomicón es sólo una parte de ese libro guardado por Lovecraft.
Naturalmente, son sólo rumores. Yo, hasta hace bien poco, creía, como Lewis Miller, que la inspiración de Howard Phillips provenía de fuentes más, digamos, convencionales, de toda esa literatura de ficción que él mismo reconoció tanto le había marcado. Pero...
Es muy poco lo que se sabe acerca de los misteriosos Pueblos del Mar: son escasos los documentos históricos que los mencionan, y tan fragmentarios y dispersos que incluso se ha llegado a decir que en realidad nunca existieron y fueron sólo un mito que circuló entre los arqueólogos del siglo XIX y XX. Según esos registros históricos que los mencionan, debieron ser una coalición muy heterogénea de pueblos migratorios que surgieron en Oriente Próximo durante la Edad de Bronce, hace unos 3200 años, y que se dedicaron a asolar las costas mediterráneas. Se les supone responsables de la destrucción de la civilización micénica y el imperio hitita, e incluso llegaron a invadir Egipto. No se conocen sus motivaciones, si es que tenían otra aparte del saqueo y la piratería, aunque recientes teorías apuntan a una posible venganza contra los aqueos por parte de supervivientes troyanos y chipriotas establecidos en Amurru como el inicio de su formación. Decir además que las fechas coinciden con los últimos estertores de la civilización minoica y hacerme eco de otras teorías, las que vinculan directamente Creta con la Atlántida. ¿Pero quiénes fueron estos Pueblos del Mar en realidad? ¿Porqué recorrían las costas destruyéndolo todo a su paso?
De un modo extraoficial, pero ampliamente aceptado por los historiadores, se piensa que fue a partir de 1620 cuando nació en el Caribe un fenómeno social sin precedentes: la Cofradía de los Hermanos de la Costa, tal vez el primer movimiento libertario y anarquista del mundo, cuando esas palabras ni siquiera existían. Formada por antiguos bucaneros (llamados así porque se dedicaban a cazar para vender luego la carne ahumada a las tripulaciones de los barcos) que residían en la isla de La Española, y convertidos luego en piratas, llegaron a constituirse en un estado dentro de otro en la conocida como Isla de la Tortuga y fueron un azote para todo el comercio entre el Viejo y el Nuevo Continente. Se sabe muy poco de ellos, y casi todo gracias al testimonio de un barbero (y por tanto cirujano y médico) que trabajó con los piratas, Alexander Exquemelin, por lo que lo demás entra en el terreno de la leyenda. Como, por ejemplo, que entre ellos había un hombre al que apodaban "El Diablo" -tal vez como referencia a François Levasseur, gobernador de la Tortuga, que levantó una torre conocida como "El Infierno" en la que, como podrán fácilmente imaginarse, no se celebraban misas- que se dedicaba a cultos muy extraños. Como, por ejemplo también, que su verdadero origen se remontaría casi 300 años antes, con aquella flota de barcos templarios que, partiendo del puerto francés de La Rochelle en 1312, desapareció sin dejar rastro. O que, tras la dispersión de la Cofradía, muchos de aquellos piratas se instalaron en norteamérica, fundaron otras sociedades y llegaron a convertirse en padres de una nueva nación.
Aunque la hipótesis de que la Atlántida fuese un continente sumergido en medio del océano se vio rechazada por la ciencia desde principios del siglo XX, a raíz de los descubrimientos acerca de la tectónica de placas, el mito de esta civilización perdida sigue muy presente en nuestra cultura. Hay tanta literatura sobre ella (desde su origen en los escritos de Platón hasta los videojuegos actuales que pretenden sumergirnos en sus maravillas), tanta fantasía acumulada, que resulta muy difícil abarcarla, sobre todo a partir de la obra de Ignatius Donnelly que supuso su resurgir en el inconsciente colectivo y que se vio incrementado hasta el absurdo con los desvaríos de madame Blavatsky. Tenga por nombre el antedicho, o se le llame Lemuria, Mu, Valusia o R'lyeh, la idea de una cultura anterior al ser humano, que incluso pudo ser de origen extraterrestre y que invariablemente pudo haber dejado su huella en la historia (además de quizá seguir existiendo de alguna manera, bien bajo el mar, bien bajo tierra o cohabitando entre nosotros), es una idea que estimula la imaginación y no voy a ser yo el que vaya en contra de ese estímulo. La ciencia nos dice, en cambio, que lo más probable es que Platón crease la Atlántida como alegoría y que su base real fuesen desastres históricamente certificados hoy día, con toda probabilidad la erupción volcánica de la isla de Thera (hoy Santorini), una explosión colosal que en su tiempo sumió a la mitad del planeta en la oscuridad hace más de 3000 años y que supuso el inicio del fin de la civilización minoica. Pero... ¿Y si la ciencia se equivoca?
El 15 de julio del año del Señor de 1099, sólo cuatro años después de la llamada papal a la Guerra Santa en el famoso Concilio de Clermont, una coalición de nobles europeos al mando de Raimundo IV de Tolosa asaltó las murallas de Jerusalén tras casi cinco siglos de dominación musulmana. Nombrado por sus pares Protector del Santo Sepulcro (cargo que llevaba aparejado el gobierno de la ciudad) tras la renuncia de Raimundo a ser rey en la tierra de Cristo, Godofredo de Bouillon, un caballero menor pero sin tantos escrúpulos, se comprometió a garantizar la seguridad de los peregrinos en Tierra Santa -una de las excusas que habían llevado hasta allí a las tropas cristianas-, y para ello un grupo de nueve caballeros, comandados por el francés Hugo de Payens, recibieron honores y prebendas además del privilegio de residir en la mezquita de Al-Aqsa, en lo alto del monte Moria, el lugar donde en la antigüedad se alzaba el Templo de Salomón. Reconocidos como orden religiosa, primero por el patriarca de Jerusalén, y en 1129 por la Iglesia Católica, tuvieron como nombre el de Pobres Caballeros de Cristo, aunque ya casi desde el principio se les conocía como Orden del Temple. Su historia a partir de ahí es de sobras conocida: dos siglos de altibajos en lo militar pero una inusitada prosperidad económica, merced a donaciones y legados de los nobles que ingresaban en sus filas; dos siglos que acabaron trágicamente por la codicia de un rey y la complicidad de un papa, y a partir de ahí la historia se convirtió en leyenda. Muchos rumores, muchos mitos, muchas fantasías, vienen a la mente con la sola mención de estos bravos caballeros cuyo nombre quedó manchado desde aquel fatídico 13 de octubre de 1307 (viernes, quédense con la anécdota) en que fueron apresados y sus bienes confiscados en toda Francia. Entre esos rumores, que tenían en su poder maravillosos objetos sagrados, riquezas incalculables, y todos los tesoros que en su día se guardaran en el Templo de Salomón.
¿Qué protegían en realidad? ¿Qué se llevaron en sus barcos con rumbo desconocido? ¿Dónde están ahora?
La historia del Arca de Noé es una de esas anécdotas bíblicas que todo el mundo conoce, como la expulsión del Paraíso, como el corte de pelo de Sansón o como la pedrada de David a Goliat. Profundicemos, sin embargo, un poco en ella. Se menciona por primera vez en los capítulos 6 a 9 del Génesis (aunque sin duda el mito es más antiguo y debamos retrotraernos a la leyenda sumeria de Ziusudra, luego llamado por los babilonios Utnapishtim y Atrahasis por los acadios) en relación al diluvio universal. Ya vimos en otra entrada que éste había sido originado, según el Libro de Enoc, para limpiar la tierra de la impía descendencia de los grigori, aquellos monstruosos nephilim engendrados de la unión con hembras humanas, y también hablamos sobre las menciones que la Midrash -concretamente el Sepher Noah del rabí Jellinek- hace respecto a la posesión del Libro de Raziel por parte de Noé, que le sirvió para construir su famosa Arca. Otro texto midrásico, el Pirke De-Rabbi Eliezer, nos comenta que se tardaron cincuenta y dos años en construirla, mientras que el Sepher haYashar asegura que fueron sólo cinco, y que durante este tiempo estuvo protegida por leones. Otros libros, como el Genesis Rabba, el Agadat Bereshit y el Zohar Hadash, se hacen eco de las tribulaciones del viaje, complementando el relato del Génesis, que por fin nos señala que acabó sobre el Ararat. Con respecto a ese final de singladura, en aquella época el nombre de Ararat no se circunscribía a los montes que hoy día comparten Turquía e Irán, sino que señalaban todo un territorio, la Urartu asiria, que hoy formaría parte de la actual Armenia. Bien, todo esto viene a colación de los recientes descubrimientos de la polémica "Anomalía del Ararat", en la que algunos han querido ver los restos fosilizados del Arca. Cierto que su forma y dimensiones recuerdan y concuerdan con las del texto bíblico, pero los arqueólogos aseguran que ningún diluvio llegó nunca hasta esas alturas y por tanto es imposible. ¿De dónde, entonces, se surtieron los monjes del monasterio de San Jacobo -destruido en 1840 durante la última erupción del Ararat-, de la madera necesaria para su construcción, cuando éstos testimoniaron a Frederich Parrot que fue de esos restos? ¿Qué descubrió Vladimir Rosskowizky en 1916 enterrado bajo el hielo? ¿De dónde procedían las maderas de más de 7000 años de antigüedad que encontró el alpinista Fernand Navarra? ¿Qué es en realidad esa "anomalía" fotografiada hasta por satélites?
4 comments
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Lem Ryan
Author
Hola, Jorge.
El crowdfunding ya se ha terminado, pero en breve habilitaré una tienda virtual donde se podrán seguir adquiriendo los libros. Te remito a ella, que aparecerá en el blog de "La Frati Nigra" en los próximos días (http://lafratinigra.blogspot.com).
Muchas gracias a ti.
Lem Ryan
JORGE
Hola Lem, soy amigo de Carlos Díaz, el cual me ha hablado muy bien de esta novela, asi que la quiero comprar dedicada, creo que son 15 €, ¿se puede pagar con tarjeta?, gracias y un saludo
Lem Ryan
Author
Para conseguir la novela de "La Frati Nigra" sí. Las opciones inferiores no contemplan como recompensa ese libro. Las razones son simples: el coste de cada ejemplar, una vez acabado el crowdfunding, será superior a ese precio, y 15 euros es el mínimo por el que se puede ofrecer. Con las recompensas de aportaciones más bajas sucede lo mismo.
Menda
Hola:
Ando un poco pez en esto del crowdfunding y tengo alguna duda. La principal de ellas es aclarar si, tal y como entiendo, para conseguir LA FRATI NIGRA es necesario colaborar con un mínimo de 15 Euros. ¿Es así? Gracias y un saludo