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Edición de "Calles de chatarra"

Buscamos la financiación para asegurar la publicación en papel de la obra del finalista del Premio Minotauro Alejandro Guardiola "Calles de chatarra", novela autoconclusiva de género negro con matices fantásticos. El volumen será de en torno a 350 páginas en rústica con solapas.

Juan de Dios Garduño

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¿QUÉ QUEREMOS HACER?

Buscamos la financiación para asegurar la publicación en papel de la obra del finalista del Premio Minotauro Alejandro Guardiola Calles de chatarra, novela autoconclusiva de género negro con matices fantásticos. El resultado final será un volumen de en torno a 350 páginas en rústica con solapas.

La cantidad solicitada para este proyecto se invertirá mayoritariamente en gastos de imprenta. El resto estará destinado a diseño, maquetación, ilustración, promoción y producción del libro. Con esta cantidad, además, también pretendemos financiar proyectos de otros autores.

¿QUIÉNES SOMOS?

Somos un grupo de autores amantes de la palabra escrita que tiene mucha ilusión y poco dinero.

En el equipo que realiza la producción de esta obra se encuentran Juan de Dios Garduño, David Prieto y Raúl Lepe, colaboradores de Ilusionaria y escritores, con experiencia en coordinación de antologías benéficas como Ilusionaria 1, 2 y 3, realizadas en apoyo de diferentes causas a lo largo de los dos últimos años. Coordinación de la antología Z 2 y 3 de la Editorial Dolmen. Coordinación de Taberna espectral y Para mí tu carne de 23 escalones.

La portada la ha realizado Daniel Exposito Zafra, ilustrador profesional conocido por las portadas de El camino de baldosas amarillas y Arkham. Relatos de horror cósmico para Tyrannosaurus Books. En el equipo que realiza la producción de esta obra también se encontrarán Juan de Dios Garduño, David Prieto y Raúl Lepe, colaboradores de Ilusionaria y escritores.

LA OBRA

Una oscura noche, después de una discusión familiar, la pequeña Irina asiste impotente al asesinato de su hermana, sin que sea capaz de explicar nada ni a la policía ni a sus padres.

Ya adulta, Irina Gryzina, detective del departamento de inhumanos de Semura, será la encargada de resolver el caso del homicidio de una ninfa, con el que se pone en jaque la débil convivencia pacífica entre humanos e inhumanos. Sin embargo, según avanza la investigación, Irina comenzará a desenterrar demonios de su pasado que creía olvidados.

Una novela de tráfico de drogas y alcohol, corrupción, amores perdidos, racismo, traiciones y asesinatos… Una historia plagada de personajes que no dudarán en bajar a los infiernos para conseguir sus objetivos. Una novela de género negro ambientada en un mundo fantástico, demasiado parecido al nuestro.

EL AUTOR

Alejandro Guardiola (1978) nació en Barcelona, aunque ha pasado la mayor parte de su vida en Zamora. Vive y trabaja en Salamanca. Licenciado en Filología Inglesa y empresario.

Ha publicado varios relatos, Sueño.5 e-zine Aurora Bitzine 51. El Maletín, en Tierra de Leyendas V. Bean Sídhe seleccionado para Tierra de Leyendas VI. Proyecto Britania en ¡Jodido Lunes! Antología del Rechazo. Ángel Caído finalista del I Certamen El Círculo de Escritores Errantes, en revista Mitologías Urbanas. Lubián en Monstruos de la Razón. La Cabeza de la Señora Lucinia mención especial del comité seleccionador de la antología Visiones 2009, publicado en Aurora Bitzine 99. Juan y la cueva de los secretos en Ilusionaria. La túnica del profeta, Flecha rota y Querida Mina publicados en las antologías temáticas (Per)Versiones.

Su novela Sombras de una Vieja Raza fue finalista en el III Premio Minotauro de Ciencia Ficción y Literatura Fantástica (2006), publicada en Grupo Ajec en 2009.

¿CUÁNDO ESTARÁ TODO LISTO?

Las recompensas se entregarán dos meses después de la finalización del crowdfunding, tiempo necesario para terminar la maquetación incluyendo a los mecenas, imprimir y enviar.

MÁS LUGARES A LOS QUE ACUDIR

La base de la campaña se realiza mediante facebook, twitter y otras redes sociales. También se cuenta con el apoyo de varias páginas web en las que podréis encontrar más información.

@PalabrasDeAgua1 / Palabras De Agua en facebook / Calles de Chatarra en facebook / Editorial Palabras de Agua

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14 comentarios

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  • Juan de Dios Garduño

    Juan de Dios Garduño
    Autor/a

    11 años

    Buenas, Jose. Vamos a intentar que también nos llegue para un cuento infantil titulado "El hacedor de agua", de David Navarro y Aitor Gálvez. ¡Gracias!

  • José

    José

    11 años

    Cuando decis que "Con esta cantidad, además, también pretendemos financiar proyectos de otros autores" no deberiais de ser un poco más concretos, nombre de los autores, libros, generos, etc... Queda todo un poco en la incertidumbre

  • Juan de Dios Garduño

    Juan de Dios Garduño
    Autor/a

    11 años

    Buenas, Juliaol_

    El mercado del libro electrónico en España es ínfimo. En Estados Unidos sí que puede decirse que hay mercado, aquí, por desgracia, aún no. Por lo que aún no hay tendencia al libro electrónico en nuestro país. Aquí te dejo un artículo de El País (http://cultura.elpais.com/cultura/2012/07/12/actualidad/1342105230_126546.html). También somos unos enamorados del libro en papel. De todos modos, para que todo el mundo esté contento, sacamos las dos versiones: papel y electrónica.

  • juliaol

    juliaol

    11 años

    A mi me genera una duda el proyecto que he escuchado ya a varias personas a las que he invitado a colaborar y es , ¿por qué editar un libro en papel cuando es mucho más barato en ebook y la tendencia es al libro digital? Gracias

  • Juan de Dios Garduño

    Juan de Dios Garduño
    Autor/a

    11 años

    Constará de 500 ejemplares, y sí, si sobran se distribuirán en tiendas. Aunque esperemos que vaya tan bien el crowdfunding que tengamos que hacer otra tirada para mandar a las tiendas.

  • random user

    Susana Alonso Segura

    11 años

    ¿Haréis un tiraje de libros para cubrir los que nos habéis prometido a los que hemos aportado, o sobrarán para distribuir por las tiendas? ¿De cuanto será ésta primera edición?

  • Juan de Dios Garduño

    Juan de Dios Garduño
    Autor/a

    11 años

    En primer lugar muchas gracias por tu apoyo al proyecto. Y en segundo decirte que lo conseguiremos seguro, no te preocupes :D

  • random user

    Susana Alonso Segura

    11 años

    Veo que vais genial con el proyecto. Yo os acabo de conocer y ya he aportado 16€... Me ha encantado el argumento. ¿Si por lo que fuese no llegaseis al objetivo por 500€, los aportaríais vosotros o dejaríamos de disfrutar de ésta obra maestra?

  • Juan de Dios Garduño

    Juan de Dios Garduño
    Autor/a

    11 años

    Estimado amigo, el sistema no permite hacer los pagos por paypal. De todos modos, si conseguimos el crowdfunding puedes ponerte en contacto con nosotros y encantados te mandaremos un ejemplar. Un abrazo y gracias.

  • lopez

    lopez

    11 años

    Hola, como contribuir sin tener tarjeta de credito? No podeis incluir los pagares por via electronica? Y como haceis para mandar el libro fuera de España. Quiero contribuir con 25€. Un saludo

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#04 / Un segundo vistazo a "Calles de Chatarra"

1. Una resaca de cojones

SOSTENÍA UN ARMA DE FUEGO. NO sabía si le pertenecía o no, pero estaba disparándola. Apuntaba la pistola por delante de su cuerpo y manteniendo el gatillo apretado. El cargador no se agotaba por mucho que disparara. Recibía tiros en su dirección y se parapetaba detrás de un coche. No veía ni quién disparaba ni desde dónde, así que tiraba a ciegas, con la esperanza de que le sirviera como fuego de cobertura hasta que averiguase el lugar al que tenía que apuntar para dar en el blanco.

Las balas sonaron a lata cuando impactaron contra la chapa del automóvil. Apenas se tomaron un descanso para recargar. La siguiente tanda de disparos continuó acribillando su parapeto. Sin embargo, un largo quejido y después el sonido de un cuerpo golpeando el piso, interrumpieron el monótono ritmo. Un hombre muerto a su lado al que conocía.

No había sucedido de aquella manera, aunque era como Irina lo recordaba en sus sueños.

Irina

Un teléfono sonaba, retumbando en la mesilla de noche. Su pantalla encendida indicaba «comisaría» y una melodía machacona desplegaba su panoplia de bajos y percusión acelerados, que se repetían una y otra vez hasta la saciedad. El sonido que venía por defecto y que Irina no se había molestado en cambiar, por mucho que lo aborreciese. En aquellos momentos lo odiaba sobre todas las cosas de la Tierra, lo odiaba de la hostia.

La detective Gryzina apenas consiguió abrir los ojos y exclamar un «joder» afónico y aguardentoso, aunque no fue aquello lo que había bebido la última noche. Miró la hora. Aún debían de quedarle seis horas de sueño, o de sedación producida por los efectos del licor de hada. El hecho de ser despertada antes de lo previsto le iba a causar la peor resaca de su vida, una resaca de cojones.

Para cuando consiguió rodar desde la cama y coger el teléfono, este iniciaba una ronda nueva en su sintonía.
—Ya podéis tener una buena excusa para que me molestéis en mi puto día libre —gruñó tras descolgar.
—Irina, ¿una noche dura? —replicó una voz conocida al otro lado del hilo.
—La resaca sí que está siendo dura —expresó palpándose las sienes y la nuca, donde un taladro pugnaba por abrirse paso hacia su cerebro mientras le introducían millones de microscópicas agujas en los oídos, bajo la lengua y en los ojos. Eso no sería lo peor, el infierno en vida vendría después: convulsiones, sudoración excesiva, alucinaciones, taquicardia, mareos, náuseas, hipotermia…—. ¿Qué cojones quiere, capitán?
—Te necesito en una escena del crimen, ya.
—No me joda, jefe. Hoy no, de verdad. Estoy hecha una mierda.
—En media hora en la esquina este de Florent Campus con la Ronda de Torquatus. Sin excusas —cortó la comunicación sin despedirse.

Irina ya tenía dispuesto un nuevo «joder» en la boca para protestar, pero entonces sus quejas fueron diferentes. Un espasmo muscular que le subió por las pantorrillas, le agitó los muslos, los glúteos, el abdomen y el pecho, la tiró de la cama. Quedó boca abajo en el piso de su habitación. La arcada llegó después, sin avisar, casi sin tiempo para que abriera la boca. El vómito fue absorbido por la alfombra. Se recordó comprar una nueva, porque aquella iba a ir directa a la basura. Otra contracción del diafragma la postró de nuevo, aunque esta vez no expulsó nada. El olor resultaba insoportable y quería que le arrancaran el estómago y la cabeza de cuajo.

Vaya, así que aquello era la resaca del licor de hada. Interesante.

Ayer

Un bar con la música de los altavoces tan alta que para entenderse los parroquianos debían hablarse al oído. No se encontraba demasiado concurrido y parecía poblado de una suerte de clientes habituales y unos pocos esporádicos. Entre los fieles, una mujer de pelo corto oscuro que peinaba con fijador y raya a un lado y vestía pantalones cargo marrones, botas paramilitares y camiseta negra de tirantes anchos. No destacaba por su estatura, aunque tampoco resultaba baja, complexión media, espalda, hombros y brazos anchos y fuertes de la época en la que era una estrella de la natación en el instituto. Estaba amodorrada junto a la barra. La rodeaba una legión de vasos de chupito vacíos y, aunque sus dedos mantenían un estrecho cerco sobre el último, parecía incapaz de llevárselo a la boca y su contenido casi se había derramado por completo.
—¡Jota, Jota! —dijo elevando una mano por encima de la barra para llamar la atención al dueño.

El camarero se acercó y retiró los vasos que se amontonaban alrededor de Irina.
—Parece que esta noche ya vas bastante cargada —afirmó con un tono profesional.
—No, todavía no. No es suficiente. —Mantenía los ojos cerrados y no despegó la cabeza de la barra. Sus labios rozaban el alcohol que había tirado sobre la madera desgastada.
—Yo creo que ya has bebido suficiente y estoy a punto de no servirte más —anunció con determinación.

El rostro de Irina emergió para enfrentarse con la mirada de Jota.
—Una más, por favor, por favor, por favor.
—Está bien, pero solo una, ¿de acuerdo? —accedió él, con un dedo extendido, aunque era consciente de que Irina no lo veía.
—Gracias. Vale, mañana es mi día libre. No tengo que trabajar. Ponme una de licor de hada —pidió Irina, mientras las sílabas caminaban con lentitud por su boca y sus labios, trabándose y pugnando por salir.
—¿Estás segura de que quieres un trago de eso? —preguntó el barman.
—Completamente. Soy una mujer adulta y sé lo que quiero. Ponme una de licor de hada —insistió.
—Eres adulta y sabes lo que quieres —repitió Jota con retintín, y se movió hacia el final de la barra. Ella siguió sus movimientos con los ojos entornados.

El dueño fue hasta un panel debajo de un grifo de cerveza, miró a su alrededor para comprobar que nadie más lo estaba observando y desplazó el plafón. En el interior había una caja fuerte. Pulsó en el teclado los números del código de apertura y tras un chasquido metálico se abrió. Dentro había documentación, dinero en efectivo y un bulto envuelto por una gamuza. Sin sacarlo de la caja de seguridad, desenvolvió el trapo y dejó al descubierto una botella de vidrio opaco, que había estado sellada con cera. Quitó el tapón de corcho, siempre en el interior de la caja y sirvió dos dedos de un licor oscuro y viscoso en un vaso. Depositó el vaso con mucho cuidado, luego tapó la botella, la protegió con la tela y por último cerró la caja fuerte.

Mientras se dirigía hacia donde lo aguardaba Irina, vio que había dejado debajo de la barra un buen fajo de billetes. Aquella mierda no es que resultara barata, costaba un ojo de la cara y el riñón izquierdo. O sea, más de la mitad del sueldo mensual de ella.

Cuando la mujer se iba a echar al coleto el alcohol, el barman le llamó la atención:
—Eh, no tan rápido, rusita. Antes tienes que cumplir con el protocolo —la reprendió. Al segundo le tendía una servilleta de papel y un bolígrafo.

Irina escribió: «Yo, Irina Gryzina, mayor de edad, en plena potestad de mis facultades mentales, borracha, declino cualquier responsabilidad por parte del propietario de este establecimiento. La dirección de mi casa es…».

Tras firmarlo se lo pasó a Jota y acto seguido volcó el vaso en su garganta. Al principio resultaba suave y ligeramente dulce. No fue hasta que le alcanzó el estómago cuando el licor de hada comenzó a obrar sus efectos. Si Irina hubiera visto la botella, habría leído: «Procedente de destilado de la sangre de no menos de cuarenta hadas». Por supuesto era ilegal, tanto su venta como su posesión, por no decir conseguir una botella, por las que se pagaban verdaderas fortunas. Y no resultaba políticamente correcta una bebida que anunciaba la muerte de unos seres tan adorables para su fabricación. No en una sociedad en la que se proclamaba el respeto institucional por quienes no eran humanos.

La explosión comenzó a subir por su esófago. Necesitó abrir la boca para coger aire; tenía la cara congestionada y roja, los capilares de los ojos parecían a punto de estallar y en sus brazos las venas querían salir de su prisión de carne. Jadeó. La bestia parda de las bebidas espirituosas de los inhumanos comenzaba a extenderse por su organismo, al igual que un virus.

Puso los ojos en blanco, comenzó a temblar presa de múltiples calambres y cayó cuan larga era sobre la tarima de madera del Duende Verde.

Jota se encargaría de que la llevaran a casa.

Hoy

Las luces rotatorias azules y rojas de los coches patrulla iluminaban el lugar. Los policías uniformados cuidaban de que el público congregado no se acercara para enterarse de lo ocurrido.

Irina pasó sin dificultad la cinta de vinilo con un: NO PASAR, POLICÍA. No en vano la placa de detective que le colgaba del cuello abría muchas puertas. Intentó localizar a un azul que conociera de la comisaría veintiuno. En cuanto la vieron, asintieron y le indicaron que se acercara. Por el camino, otros uniformados iban y venían, ayudantes del forense tomaban fotos de la escena del crimen. El destello del potente flash la deslumbró, recordándole el mareo continuo que arrastraba desde que la despertaron. La sensación de náusea aumentó, e incluso su diafragma hizo un pequeño viaje en dirección hacia su pecho. Pero ahí se quedó y no tuvo más arcadas.

Volvió a retomar su paso seguro, el golpeteo de las botas levantó ecos que se amplificaron por el estrecho callejón. El recoveco comunicaba dos calles mediante unas toscas escaleras de obra entre dos edificios. Había un ligero desnivel que se transformaba en una cuesta en su final. Allí yacía el cadáver.
—Detective Gryzina —dijo el forense levantando la vista de su trabajo. Cercano a los cincuenta, pelo encanecido, gafas de pasta negra y cara amable. Llevaba puestos unos guantes de látex y pisaba con cuidado alrededor de donde se encontraba agachado.
—Doctor Blanco —saludó a su vez Irina—. ¿Qué tenemos aquí?
—Ninfa marina, en los veinte. Por la lividez diría que lleva muerta unas doce horas. La muerte se produjo por ahogamiento, entre las tres y las cinco de la madrugada de ayer —anunció solemne y en un tono profesional.
—¿Qué haría una ninfa acuática tan lejos de su medio? —se preguntó en alto Irina sin ser consciente de que los demás la escuchaban.
—No lo sé. Pero a veces se nos olvida que la Repoblación trajo muchos emigrantes inhumanos al interior. Probablemente llegó siguiendo los ríos y viviría en un humedal cercano.
—Sí, también se dice que enloquecen en las polis, así que no entiendo qué hace en Semura —repuso mientras caminaba despacio alrededor del ser de tez morena y largo cabello azabache. Sus formas eran esbeltas, extremidades delgadas y bien formadas, pechos de pequeño tamaño, pero enhiestos, además de facciones simétricas y bellas. Observó la característica membrana interdigital en manos y pies.
»¿Algo más? —agregó la detective.
—Por el momento no. En cuanto la examine a fondo, podremos saber más.
—Llámeme en cuanto tenga resultados, doc —pidió la policía.
—Por supuesto, cuenta con ello.

Se despidió del forense y de los oficiales uniformados de la escena del crimen. Caminó con su habitual decisión en dirección al lugar donde había aparcado su coche, junto al antiguo estadio, derruido hacía tiempo. En cuanto dobló dos calles, desaparecieron los patrulleros y los rotativos bicolores de sus vehículos. Una fuerte arcada se apoderó de ella y se inclinó contra una esquina. El sonido fue brutal, como si una hueste de gases atrapados en su cuerpo desde tiempos inmemoriales lograra escapar de aquella prisión a la vez. En realidad, solo expulsó una bilis amarillenta y amarga, cuyo sabor en la boca le provocó de nuevo el vómito, más violento que el anterior, que la obligó a arrodillarse sobre el gris de los adoquines rayados.

Sudaba, demasiado incluso. Estaba deshidratada y necesitaba recuperar líquidos y nutrientes.

Se tranquilizó pensando que aún no había comenzado lo peor: la taquicardia, los escalofríos, la fiebre y la diarrea. Limpió los restos de porquería de la comisura de los labios con la manga de su chaqueta. Debía de tener un aspecto asqueroso. Iba a recordar aquel día y al cabrón del capitán por haberla despertado el resto de su vida.

2 comentarios

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  • Pat

    Pat

    11 años

    Es un excelente aperitivo de la obra..... me ha abierto más el apetito de leer el libro entero!!! Enhorabuena al autor

  • Josema Beza

    Josema Beza

    11 años

    Me gusta... tengo unas ganas locas de hacerme con el texto!!!

#18 / Sorteo El Hacedor de Agua

Con cierto retraso sobre las noticias en facebook (culpa mía), anuncio aquí también a los ganadores del sorteo de los tres ejemplares de El hacedor de agua que prometimos entre los mecenas que nos apoyaron con el crowdfunding.

Así que... and the winners are: Antonio Campos Alonso (Toluuu), Marta Junquera y Alberto Martínez Caliani. Señores ganadores, pasen por recepción para recibir su premio.

#17 / Otro pasito...

Después del ebook, los libros físicos. A comienzos de semana le llegaron a Alejandro a Salamanca, desde entonces está firmando varias horas al día para que, a lo largo de la semana que viene puedan realizarse los preceptivos envíos a los mecenas.

Y esta tarde, los más afortunados podrán recibir los suyos en la presentación que tiene lugar en Salamanca.

#16 / ¡Los ebooks ya están!

Esta misma mañana, a primera hora, se han enviado los ebooks a los mecenas que los habían solicitado. Esperamos que cubran vuestras expectativas con creces. El papel está ya muy cerca: nos han anunciado que mañana o pasado, si nada se tuerce, los bultos saldrán de imprenta. Después, un par de viajes por media geografía española y a vuestros buzones.

#15 / ¡Por fin!

Quienes hayáis estado siguiendo el progreso de Calles de chatarra por nuestra página de facebook habréis podido ver que no hemos parado en estos días. Los que solo seguís este blog, seguramente no os hayáis enterado de nada... tampoco había mucho que contar en realidad.

Hasta ayer. Ayer por la mañana, después de interminables papeleos y "peros" el ISBN de Calles de chatarra llegó a nuestras manos. Con él tramitamos el DL, que era el otro numerito que nos faltaba y con los dos... enviamos el material a imprenta.

A media mañana de hoy nos han confirmado que entramos en imprenta.

Por eso decimos ¡por fin!, aunque solo será el primero de varios.

Os mantendremos informados.

#14 / Seguimos en la brecha

A falta de la última revisión rápida y un par de detalles de la portada, el libro está listo. Lo que necesitamos ahora es que los que no lo hayáis hecho todavía nos enviéis vuestros nombres y direcciones para las dedicatorias, agradecimientos y envíos. Hemos mandado dos mensajes ya, así que si no habéis recibido nada es porque han ido a parar a la carpeta de spam. Revisadla y enviadnos la información. Cuanto antes la tengamos, antes enviaremos el material a imprenta y antes estará todo.

Un saludo y pasad una buena Semana Santa, aunque esté pasada por agua.

#13 / ¡Ya casi lo hemos conseguido!

Hemos recaudado 3.815 € a 3 días del fin del crowdfunding de Calles de Chatarra, solo nos faltan 185 €, pero son imprescindibles para que llevemos este proyecto a buen puerto. Por eso, mecenas nuestros, recurrimos a vosotros para que en estas próximas horas hagáis campaña entre vuestros familiares y amigos. Cada donación cuenta y juntos podemos conseguirlo.

Muchas gracias a todos.

#12 / Prólogo de Claudio Cerdán: "Fusión de géneros: el cóctel perfecto"

PUEDE PARECERLO, PERO NO ES TAN raro. Edgar Allan Poe, a mediados del siglo XIX, ya escribía sin complejos tanto cuentos de terror como de detectives. De hecho, Los crímenes de la calle Morgue (1841) se considera por los expertos como el inicio real de la novela negra.

Poe, a día de hoy, es venerado como uno de los mejores escritores de horror de todos los tiempos, y también los era en los años 20 cuando muchos lo tomaron como referente para sus obras. Estoy hablando de H. P. Lovecraft, Robert E. Howard y los demás autores clásicos de terror y fantasía que publicaban en las denominadas revistas Pulp. Sin embargo, en esas mismas revistas había una gran variedad de géneros: Ci-Fi, aventuras, bélico, western y, como novedad, también el policiaco. El género negro tuvo su gran auge a principios del siglo XX, una… leer más

#11 / Contraportada de "Calles de Chatarra"

La tenemos desde hace un tiempo, pero queríamos estar seguros de que sería la definitiva antes de enseñarla. Es la ilustración de Daniel Expósito Zafra que ocupará la contraportada de Calles de Chatarra y que junto a la portada formará una continuidad. ¿Qué os parece?

#10 / Ebooks, formatos y DRMS

Estamos en 2.826 € y a 12 días para el final del crowdfunding. 137 libros en papel y 31 ebooks vendidos. Ya es hora de hablar de estos últimos:

Para su edición vamos a contar con Prema Ebooks Ediciones que serán los encargados de montar el epub y para que no haya problemas de compatibilidad, añadiremos una versión en pdf a cada envío completamente gratuita.

Por supuesto ambas copias digitales sin DRM, claro que sí, y con envío internacional por email, así que quienes os encontráis fuera de España ya podéis animaros.

Editando con parte de la respuesta de Prema Ebooks Ediciones:

Saldrá en muchos formatos digitales, y cada uno optimizado para cada dispositivo.

KF8, para kindle EPUB, para dispositivos que lo soporten (Sony, Nook, Papyre, iPad...) PDF 6, para dispositivos que no se lleven bien con el resto.

y no descartamos un LRF para los antiguos Sony PRS-505.

Nada de conversiones con Calibre, todo formato personalizado y mimado al máximo.

Así que nada de solo epub y pdf.

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#09 / “Calles de Chatarra”, el prólogo

Ya podemos anunciar a quien será el prologuista de Calles de Chatarra y que no será otro que Claudio Cerdán, reconocido escritor de novela negra, buen bebedor y mejor persona.

Claudio Cerdán (Yecla, 1981) es escritor y realizador de cortos. Entre sus obras están el díptico compuesto por el El Dios de los Mutilados y Cicatrices, mezcla de fantasía y western con un toque gamberro; El país de los ciegos finalista del Premio Lengua de Trapo y ganador del Novelpol 2012; La Maison en Chocolat su primera novela en francés (inédita, por el momento, en castellano) y Misterios de Yecla, en el que hace un recorrido por los sucesos, enigmas y leyendas de su municipio de origen.

#08 / ¡CONCURSO!

Estamos tan seguros de que el crowdfunding de Calles de Chatarra va a ser un éxito, que vamos a sortear 3 ejemplares de nuestra siguiente publicación El Hacedor de Agua entre quienes han apoyado y apoyen su edición con un mecenazgo de al menos 16 €.

El sorteo se hará después de haber conseguido el proyecto.
¡¿A qué esperáis?!

#07 / Marcapáginas distribuidos

Ya podéis encontrar los marcapáginas de Calles de Chatarra en las siguientes librerías:

Casa del Libro: Avenida de Asturias S/N, 24404, Ponferrada

Casa del Libro: Calle Velázquez 8, 41001, Sevilla

Cyber Comics: Avenida Sant Ignasi de Loiola 48, 08912, Badalona (Barcelona)

La Nave, Librería Anticuaria y Joyería de Autor: Calle COmpañía 14, 37002, Salamanca

Librería Beta: Calle Sierpes 25, 41004, Sevilla

Librería Beta: Avda República Argentina 15, 41011, Sevilla

Librería Beta: Calle San Pablo 12, 41001, Sevilla

Librería Biblos: Calle Embalse de Bárcena 8, 24402, Ponferrada (León)

Librería Gigamesh: Ronda Sant Pere 53 bajos, 08010, Barcelona

Librería Hydria: Plaza de la Fuente 17, 37002, Salamanca

Librería Max: Calle 28 de Febrero, 41830, Bormujos (Sevilla)

Librería Rafa: Calle Corredera 52, 14290, Fuente Obejuna (Córdoba)

Librería Sueños de Papel: Avenida Pintor Felo Monzón 32 Edif. 10 local 5, 35019, Siete Palmas (Las Palmas de Gran Canaria)

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#06 / Y a continuación: El Hacedor de Agua

Ya habéis sido varios los que habéis preguntado por las obras que vendrían tras Calles de Chatarra impulsadas por vuestro mecenazgo. Como respuesta os dejamos la portada de la primera de ellas El Hacedor de Agua, cuento infantil escrito por Aitor Galvez e ilustrado por David Navarro. ¿Qué os parece?

#05 / Posters y marcapáginas, la primera remesa

Esta mañana hemos recibido los posters y marcapáginas que comenzaremos a distribuir de inmediato como promoción del proyecto. Dentro de nada podréis encontrarlos en librerías como Gigamesh (Barcelona), Cybercomic (Badalona), Dtbeos (Salamanca) y Shogun (Salamanca).

Pronto, ampliaremos esta lista a nuevas librerías.

#04 / Un segundo vistazo a "Calles de Chatarra"

1. Una resaca de cojones

SOSTENÍA UN ARMA DE FUEGO. NO sabía si le pertenecía o no, pero estaba disparándola. Apuntaba la pistola por delante de su cuerpo y manteniendo el gatillo apretado. El cargador no se agotaba por mucho que disparara. Recibía tiros en su dirección y se parapetaba detrás de un coche. No veía ni quién disparaba ni desde dónde, así que tiraba a ciegas, con la esperanza de que le sirviera como fuego de cobertura hasta que averiguase el lugar al que tenía que apuntar para dar en el blanco.

Las balas sonaron a lata cuando impactaron contra la chapa del automóvil. Apenas se tomaron un descanso para recargar. La siguiente tanda de disparos continuó acribillando su parapeto. Sin embargo, un largo quejido y después el sonido de un cuerpo golpeando el piso, interrumpieron el monótono ritmo. Un hombre muerto a su lado al que conocía.

No había sucedido de aquella manera, aunque era como Irina lo recordaba en sus sueños.

Irina

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#03 / Génesis de Calles de chatarra

"En el verano de 2011 me encontraba en un parón completo en cuanto al tema creativo. La novela que estaba escribiendo a medias con David Prieto se encontraba parada sin que ninguno de los dos supiéramos cuando íbamos continuarla y necesitaba ponerme a escribir algo, ya fuera relato o novela. Entonces me dediqué a repasar una libreta en la que apunto ideas, y a veces escribo escenas enteras a mano en ella. Algunas de las ideas sin sentido que tenía escritas eran: «Protagonista un poli». «Mundo con seres fantásticos». «Droga mágica que los engancha porque las drogas humanas no les afectan o algo así».

Seguían unas líneas de los efectos que podría causar esa droga que al principio llamé Hada Negra y que luego se convirtió en la mierda de elfo de la novela. Después me apresuré a escribir la sinopsis de una escena: «Una ninfa ha aparecido muerta por sobredosis de la droga mágica y el policía prota humano se da cuenta de que hay algo más».

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#02 / Videopresentación de "Calles de Chatarra"

Hoy, como novedad, os ofrecemos el video de presentación de "Calles de Chatarra", en el que el propio Alejandro Guardiola nos habla de la novela.

Nuestra intención es que este video inaugure el canal de youtube de Palabras de Agua, en el que subiremos los videos de presentación de nuestros autores, las entrevistas que estos realicen y los booktrailers.

Podéis acceder a él desde la página principal del proyecto, pinchando aquí, desde youtube y desde vimeo.

#01 / Un primer vistazo "Calles de Chatarra"

PRÓLOGO: ÉRASE UNA VEZ UN HOMBRE DEL SACO

LAS NOTICIAS SONABAN A TODO VOLUMEN, tanto que hacerse entender por encima de aquel ruido, parecía imposible. A pesar de ello, las dos niñas, Nadia e Irina, que miraban sin interés sus platos de la cena, fueron capaces de escuchar a sus padres discutir. Creían que porque eran pequeñas y que el aparato estuviese más alto de lo normal, no los oían gritarse verdades que dolían. La comida no les entraba. Nadia, de cara sonrosada, coletas rubias y ojos azules, jugaba con la ensalada. Irina, pelo oscuro suelto y ojos verdes, solo miraba sus filetes de pollo como si fueran los objetos más aburridos del mundo.
—Cuando vuelvan y vean que no hemos cenado, se enfadarán —afirmó Irina, y se llevó sin ganas un pedazo de carne a la boca.
—No pienso comer nada hasta que dejen de discutir —replicó su hermana, un par de años mayor, más contestataria y caprichosa que la pequeña.

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