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Consigamos que "Jon" llegue a las librerías

"Jon" es mi primera novela, una obra llena de misterio, aventuras y ciencia ficción que mantendrá en vilo al lector.

Víctor

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Mi proyecto

JON es una novela de aventuras, con pinceladas de ciencia ficción y misterio, donde el lector se verá inmerso en una trama a veces fantástica, a veces íntima. Con este libro espero que vosotros, los futuros lectores, disfrutéis tanto leyéndola como yo escribiéndola.

"De repente oyó el rugido del oso..."
"De repente oyó el rugido del oso..."

Sinopsis

El viaje que Jon inició en su pequeño velero, cambia de rumbo en el momento en el que su motor deja de funcionar. Para poder arreglar la avería decide acercarse al puerto más cercano. Lo que Jon no sospecha es, que el pueblo en el que ha atracado guarda un misterioso y terrible secreto.

"el cuerpo apareció cerca del templo de oración..."
"el cuerpo apareció cerca del templo de oración..."

Capítulo de demostración

" Cuando Jon abrió los ojos se sintió completamente desubicado, no sabía si aún estaba en el bosque o por el contrario todo aquello había sido la misma pesadilla de siempre. Miró el reloj de su mesilla: las 6:30 am. Hacía casi una semana que había partido en su barco y todavía no se había hecho a la idea del viaje que acababa de comenzar. Se incorporó y puso los pies sobre el suelo de madera, haciendo que uno de los tablones emitiera un pequeño crujido. Se vistió con el chaquetón de plumas que un día le regalase su madre y se enfundó el gorro de lana hasta las cejas. Los mitones hacían las veces de guantes, ya que nunca había soportado tener los dedos cubiertos. Según él le hacían parecer torpe ante cualquier actividad cotidiana.

Se hizo un café y subió a la cubierta. Se sorprendió ante la belleza de aquella mañana, donde apenas una nube que parecía una pincelada de acuarela blanca acompañaba al incipiente sol. Hacía frío, pero a Jon le pareció agradable. La brisa era suave y el pequeño barco apenas se balanceaba un poco, como quien mece a un bebé para que se duerma.

No se oía nada, el silencio era absoluto y esto tranquilizó a Jon. Dio un largo sorbo a su taza de café echando un último vistazo al horizonte, persiguiendo con la mirada a una gaviota que parecía divertirse con las pequeñas olas que se formaban a lo lejos. La hora de reanudar el viaje había llegado, así que levó el ancla y se dispuso a encender el motor. Bien por el frío o por la antigüedad, no decidió ponerse en marcha hasta el tercer intento y Jon pensó que quizá hubiera sido buena idea hacer caso de su amigo Tomás y comprar uno nuevo. Pero si algo le había enseñado la vida a Jon era que las cosas llegaban cuando tenían que hacerlo y que todo sucedía por algo. Conocía a gente que se pasaba veinte años con el mismo coche viajando por toda Europa sin ningún problema, y a otros, a los que sin embargo, les dejaban tirados en la carretera su nuevos modelos de gama alta en el primer trayecto. Miró el monitor y la brújula para asegurarse de que iba en la dirección correcta y acabó el café de un último sorbo antes de enfundarse el traje de neopreno.

Una media hora más tarde se encontraba a unos tres kilómetros de la costa más cercana sobre unas aguas azul turquesa. Cogió la bombona de oxígeno y las gafas, no sin antes volver a echar el ancla. Jon era bastante despistado y no sería la primera vez que salta del barco sin haberlo hecho. Miró su reloj de pulsera, un antiguo CASIO, y fijó el cronómetro en quince minutos. Ese era el tiempo que había calculado que tendría para encontrar lo que andaba buscando y volver al barco. Se sentó en el borde de proa y saltó.

El agua estaba más fría de lo que se había imaginado y se preguntó qué tipo de neopreno llevarían los cámaras de los documentales que viajan al ártico. Un banco de pececillos de colores pasó por delante de Jon y consiguió dejarle ensimismado con su curioso aleteo durante unos segundos. Imaginó por un momento qué pasaría si estos peces huían de un gran tiburón que intentaba darles caza y cómo él saldría vivo de aquello. Pero sabía que en esas aguas la probabilidad de encontrar un tiburón era la misma que de ganar la lotería y, si por alguna casualidad remota se cruzaba con alguno, sería de alguna especie completamente inofensiva. Los tiburones siempre le habían fascinado y en su lista de cosas por hacer estaba ver a un gran blanco sumergido en una jaula.

A unos diez metros empezó a verse con claridad lo que parecía los restos de un pequeño catamarán, y si su nombre era Esmeralda habría encontrado lo que buscaba.

Las algas cubrían la mayor parte de la proa e impedían leer el nombre del barco en su totalidad. Sólo podían entreverse las letras “ER” y “ALDA”, suficientes pistas para que Jon pudiese adivinar el acertijo. El joven se dirigió hacia la puerta por la que se accedía al interior del barco y tal como imaginó estaba cerrada con un candado. Afortunadamente había sido previsor y trajo consigo una cizalla. El candado no opuso ninguna resistencia y se rompió con asombrosa facilidad, posiblemente debido a que el metal había sufrido por la humedad y el salitre. Jon abrió la puerta, encendió su linterna frontal y entró. El interior del barco presentaba un aspecto fantasmagórico que le puso la piel de gallina. Jon se encontraba en un saloncito con cocina americana, donde todo estaba cubierto de una especie de alga que se asemejaba al moho y pequeñas partículas de algo desconocido flotaban por todos lados. Si mal no recordaba, la puerta de la izquierda le llevaría a un pequeño cuarto de baño y la de la derecha, al camarote.

Abrió la puerta y recuerdos de su infancia llenaron su cabeza. Pese a llevar sumergido muchos años las paredes aún seguían decoradas con decenas de fotos suyas y de su abuelo, de quien fuera el barco hasta aquel trágico naufragio. Muchas aventuras había vivido allí, viendo las estrellas, aprendiendo a pescar o escondido debajo de las sábanas asustado por la tormenta. Jon siempre había sido un nostálgico, no podía evitarlo. Miró debajo de la litera y encontró lo que buscaba: un pequeño cofre de madera con unas cenefas talladas en la tapa. Jon lo abrió para comprobar que seguía todo como estaba, y quedó aliviado al ver que así era. Echó un vistazo a su reloj y pensó que la hora de volver había llegado, puesto que no le quedaban más de cinco minutos de oxígeno.

Cruzó el umbral de la puerta, siguió por el pequeño pasillo, subió las escaleras y salió de aquel espectral montón de recuerdos. Todo había sido demasiado fácil y Jon sabía que las aventuras siempre vienen acompañadas de obstáculos. A la salida del barco un enorme pez cruzó a toda velocidad delante de él. No pudo averiguar de qué se trataba, pero medía al menos metro y medio de largo, de eso estaba seguro. Se giró rápidamente a su izquierda y vio cómo se alejaba. De haber podido, hubiera suspirado aliviado. De repente, otro enorme pez volvió a cruzarse por la derecha. Dio una vuelta sobre sí mismo todo lo rápido que el equipo de buceo le permitía y se dio cuenta de que le estaban acechando. Ahora pudo averiguar de qué se trataba: un banco de unas cinco barracudas le estaban rodeando y desde luego no para darle una amistosa bienvenida.

Jon se quedó paralizado. Estaba muy asustado, pero tenía poco tiempo para salir de allí y sabía que si se dejaba llevar por el pánico estaría perdido. Sacó la cizalla dispuesto a defenderse cuando la ocasión lo requiriese. Las barracudas seguían dando vueltas en un círculo casi perfecto, posiblemente calculando cuándo era el mejor momento para atacar. Jon había leído que estos peces eran en su mayoría carroñeros, pero que en determinadas situaciones podía darse el caso de que atacasen. De pronto el círculo se hizo más grande, lo cual le inquietó. ¿Qué estaban tramando? Jon decidió no esperar para averiguarlo y empezó a huir cuando notó la presencia de otro invitado. Aterrorizado miró hacia atrás y no pudo creerse lo que estaba viendo: la silueta de un enorme tiburón se aproximaba desde la oscuridad. Las barracudas habían conseguido retenerle para que el tiburón pudiera darse un festín y ellas comerse lo que quedara de él. Sin duda un increíble trabajo en equipo. Por un momento, a Jon le surgió la idea de que al haber pensado en él hacía unos minutos lo había invocado, pero rápidamente se quitó esta idea de la cabeza ya que sólo podía pensar en una cosa si quería sobrevivir: escapar.

Jon comenzó a nadar todo lo rápido que pudo ayudándose de la cizalla para asustar a las barracudas y abrirse paso. Se volvió para ver a qué distancia se encontraba el escualo y calculó que no debía de estar a más de seis o siete metros. Si no hacía algo lo alcanzaría en menos de diez segundos. Fue entonces cuando Jon decidió jugársela a todo o nada y se desprendió de su equipo de buceo. Sin bombona tendría que aguantar la respiración todo lo que pudiese, y con las pulsaciones a más de ciento veinte por minuto no duraría demasiado. Jon sostuvo la bombona en posición horizontal con las dos manos encarando al animal. Cerró los ojos y empezó a contar: cinco, cuatro, tres, dos… abrió los ojos justo cuando el tiburón se disponía a abrir su enorme boca llena de hileras de dientes. Había visto en documentales cómo estos bichos eran capaces de comerse el neumático de un coche de un bocado, así que si tenía hambre… uno…. El pez abrió la boca y Jon lanzó la bombona en su interior. Parecía como si alguien hubiese colocado allí un contenedor de basura con dientes. La bombona de oxígeno quedó atascada en la garganta del tiburón y éste empezó a agitarse bruscamente para deshacerse de ella. Para cuando consiguió librarse de ella Jon ya había escapado."

¿Cómo y por qué decidí comenzar este viaje?

Hace unos meses me embarqué en una aventura, al igual que el protagonista de mi novela. Esta aventura me ayudó a superar historias personales, malas rachas, y me dio una motivación para afrontar cada día.

Es mi primera novela, y seguramente, después de haber disfrutado tanto con el proceso, no será la última. En ningún momento lo he hecho por la posibilidad de vender muchos ejemplares y conseguir un pequeño hueco dentro de la industria. El objetivo siempre fue disfrutar del proceso y poder ver el resultado hecho realidad.

Y es precisamente por eso por lo que he comenzado esta campaña, para poder materializar la novela en un libro físico, con sus páginas de papel y su cubierta, como tanto nos gusta a los lectores. En vosotros, mis mecenas, dejo mi confianza para que me ayudéis a conseguirlo.

Iremos actualizando la información en el canal de Facebook @Jonlanovela

El libro

126 páginas.

Tamaño 15x21 cm (A5). Cubiertas (portada y contraportada) con solapas de 8 cm, a color brillo, de 260 gramos e interior en blanco y negro con papel ahuesado de 80 gramos.

Encuadernación fresada

Recompensas

Hay tres tipos de mecenazgo

Micromecenas 10€

Versión en pdf de la novela. Además aparecerás en la página de agradecimientos.

Minimecenas 20€

Recompensa de un ejemplar firmado + agradecimientos. Envío a tu domicilio o lugar que nos indiques.

Maximecenas 25€

Recompensa de un ejemplar firmado + agradecimientos + un marcapáginas con el diseño de la portada. Envío a tu domicilio o lugar que nos indiques.

A qué destinaremos vuestras donaciones

La donación total será invertida en la publicación del libro y los gastos de envío de los ejemplares. En caso de superar la meta, se ampliará el número de ejemplares a editar.

"Un enorme tiburón apareció de entre las sombras..."
"Un enorme tiburón apareció de entre las sombras..."

Calendario

El libro será impreso en Marzo de 2018, con lo que las recompensas podrán empezar a enviarse en Abril.

Poco más me queda que decir; espero vuestra colaboración y vuestro apoyo, para que podamos ver el último paso de mi bonito proceso hecho realidad. ¡Muchas gracias!

Preguntas frecuentes

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7 comentarios

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  • Ari

    Ari

    6 años

    A seguir luchando por tus sueños, Vic =)

  • Ignacio López Yravedra

    Ignacio López Yravedra

    6 años

    Ya puedo considerarme persona o fundación rica y poderosa que protege a los artistas y adquiere o promueve sus obras.

  • Abel

    Abel

    6 años

    Deseando de leerlo :D

  • Fatima Orozco Ariza

    Fatima Orozco Ariza

    6 años

    Sipnosi muy interrsante

  • Víctor

    Víctor
    Autor/a

    6 años

    ¡Casi ya la mitad conseguida! Gracias a tod@s l@s que lo estáis haciendo posible.

  • Marina GSol

    Marina GSol

    6 años

    Ánimo, Jon

  • Irelopa

    Irelopa

    6 años

    Por un proyecto muy bonito!

#01 / ¡Lo conseguimos!

Muchas gracias a tod@s por vuestro esfuerzo y confiar en el proyecto. Como sabéis, en breve la editorial comenzará con el proceso de maquetación e impresión de los ejemplares. En cuanto estén listos se os enviarán a la dirección facilitada. Recordad rellenar el formulario para tener todos los datos necesarios para los agradecimientos y dirección de recogida. De nuevo muchas gracias, pronto tendréis más noticias :)

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