unTEparaCIEN

noHABRÁunTÉparaCIEN

En primer lugar quiero dar las gracias en orden de aparición a quienes de alguna forma colaboraron en la difusión del proyecto:

artneutre.net

diari avui

arte10.com

underdogs.es

revistavanityfair.es
… y a quienes se lo fueron contando en persona a sus amigos

También quiero dar las gracias a “Fundación Joan Miró” (BCN)

y “Espacio Menosuno” (MAD) por ofrecerse como sede del proyecto cuando el que llegara a realizarse era una posibilidad incierta.

No nombraré a quienes me contestaron que no podían hacerse eco del proyecto porque no sabían cómo enmarcarlo en sus boletines de arte o porque “el proyecto estaba sin realizar”, muestra esto último de que no lo habían entendido.

Prescindiendo de la parte más poética del proyecto que aún puede leerse reproduciendo el vídeo que se encuentra en la parte superior de esta página, sólo voy a dejar la descripción sintética de unTÉparaCIEN seguido de una breve reflexión sobre el devenir de mi propuesta dentro del experimento de micromecenazgo:

La obra unTÉparaCIEN consiste en 100 pequeños ingenios mecánicos iguales que funcionan al unísono. Fue concebida para que cien personas se involucraran como mecenas aportando los costes de producción de uno de ellos y a cambio una vez que fueran expuestos como una gran instalación sonora conjunta, recibirían la pieza que hicieron posible sin tener que desembolsar ninguna plusvalía.

Durante los 40 días en que el proyecto estuvo en marcha acontecieron varias reacciones que demostraron que entre un público no familiarizado con las artes plásticas, la sola posibilidad de poseer una pieza era algo que no se les había pasado por la mente y tan pronto pagar por ella lo que costaba producirla les parecía excesivo, como acostumbrados a escuchar lo caro que es adquirir arte tomaban su accesibilidad como síntoma de que no debía de valer la pena.

Creo que las artes plásticas deben hacerse un sitio en esta nueva fórmula de financiación que es el micromecenazgo de la misma forma que lo están haciendo la música y el cine. Los creadores debemos pensar qué es lo que no está funcionando y debe ser cambiado para que el la gente deje de posicionarse como público pasivo ante las artes plásticas, asumiendo que es algo absolutamente ajeno que pertenece a unos pocos mientras ellos observan y no entienden nada.

Esta experiencia ha resultado ciertamente una decepción en lo inmediato ya que se habían puesto muchas expectativas en ella y muchas horas de trabajo; no obstante, quiero creer que a largo plazo será una experiencia positiva que servirá para que más adelante otros proyectos de artes plásticas logren alcanzar sus objetivos en esta forma de financiación y producción que ojalá sea una verdadera alternativa a los cauces hasta ahora conocidos.

Ahora me queda discernir si puede tener sentido sacar adelante este proyecto con alguno de los medios clásicos con los que he desarrollado todos mis trabajos anteriores, ya que tal y cómo quedaba recogido en el escrito original: “ …si no se alcanza el objetivo seguiré tomando el té como hasta ahora.” y por tanto en lugar de unTÉparaCIEN vuelve a ser sólo miTÉ que parece nombrar a quien comparte tardes conmigo en el taller desde hace tiempo.Alfredo MorteMadrid 22 Jun. 2011