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Una pintura vale más que mil palabras, el arte de Granada Arias

el 15 Enero 2019 en Historias Verkami

“Creo que es algo de toda la vida”, respondre Granada Arias cuando le pregunto cuándo empezó a percibir que el dibujo era la manera en la que mejor se interrelacionaba con el mundo. “Para contar las cosas de uno mismo con palabras, o necesitas a alguien que te escuche o si lo haces para ti parece que estás loco. Dibujar sí que se puede hacer teniendo una larga conversación con uno mismo, sin necesitar a nadie. Por otro lado, contar las cosas hablando, se me queda pequeño. En Europa las palabras tienen unos significados muy concretos de las cosas y creo que mi manera de pensar es más abstracta. Me he dado cuenta después de haber estado 10 años viviendo en Asia, que el chino por ejemplo, sus palabras no se escriben con sílabas como las nuestras, si no que cada una es un ideograma y su significado no es algo concreto, si no una idea más abstracta y amplia de las cosas”. Esta pintora e ilustradora de Mairena del Alcor sostiene que siente más identificada con el dibujo como via de expresión porque, por el color, las líneas, las texturas…, lo visual le parece más completo, más sugerente, menos cerrado y más rico. “Todo ese medio visual aporta más información al mensaje que las palabras, que creo tienes que ser un experto en manejarlas para ser capaz de transmitir lo mismo”. Una manera de ver y entender el mundo que ha plasmado en Software vida, un libro de ilustraciones (que ella define como tan humano como feminista y hecho con mucho amor y cariño) que ha propulsado a través del micromecenazgo.

Texto: Oriol Rodríguez

Por qué... ¿qué es para ti dibujar, pintar, ilustrar?

Para mí dibujar, pintar, ilustrar son cosas que van unidas, es contar cosas de mí misma, mis historias, mis sentimientos, mis reflexiones. Y también es belleza, es contar mis cosas pero además usando la creatividad, las emociones, las verdades, el talento, y también el intelecto, porque el dibujo es matemáticas. Para mí la belleza es algo que realmente me emociona. No hay nada más bello y que me emocione más que admirar las cosas que los humanos son capaces de crear.

Siempre es odioso hablar de influencias y referentes pero… ¿ha habido algún nombre que haya inspirado tu arte?

Claro que sí, lo que pasa es que me cuesta concretar, porque realmente todo lo que está a mi alcance, todo lo que voy conociendo y descubriendo, toda la gente que me rodea me influye constantemente. Y no me refiero sólo a gente del mundo del arte. A lo largo del tiempo, me han ido influenciando desde los pintores clásicos que estudiaba de pequeña en el colegio como Rembrand o Velázquez, que me inspiraban a querer tener buena técnica, a pintores que he ido descubriendo en las redes como Jana Brike, Brad Kunkle, Joanna Concejo (que admiro muchísimo), Aron Wiesenfeld, Rebecca Dautremer (también la admiro muchísimo), que me transmiten sus historias y me inspiran a contar las mías. También músicos como Björk o Sigur Ros, que me remueven las tripas. Científicos y biólogos que hacen pensar y plantearme las cosas, como Niko Tinbergen. Filósofos y pensadores como Leonardo Da Vinci, Bohm, Edgar Alan Poe (que con su intuición anticipó las formulaciones y leyes más importantes de la física ). Escritores de la vida cotidiana como Murakami. Amigos cercanos que me contagian su universo como Sora Sans, Paco Pérez, Antonio Lanada… También tengo un recuerdo muy nítido de la primera vez, siendo yo muy jovencita, que sentí el arte de una manera que no había sentido nunca antes, como algo muy visceral, como una revelación que me removió por dentro y me erizó los pelos y la columna: me lo hizo sentir Elsa Mora. Yo soy un revoltijo de influencias que me inspiran.

¿Dónde habías publicado tu obra hasta ahora?

En mis redes sociales, como hace todo el mundo con sus cosas, sus historias. Lo que pasa es que mis cosas estaban contadas con la manera que yo sé contar las cosas, llámalo obras si quieres.

Entones... ¿Software vida es tu primer libro?

Sí. Yo soy pintora y nunca me había planteado hacer un libro. Y la verdad es que me ha gustado mucho la experiencia. Ahora me siento un pelín más lista en este campo y me encantaría usar todo lo que he aprendido con el primero para hacer otro.

¿Qué experiencias, vivencias, sentimientos... han marcado la creación del libro?

No es algo concreto, sinó una plastilina mezclada y amasada con todo lo que he ido interiorizando de experiencias, reflexiones y vida. Justo ahora que en mitad del recorrido vital, que tengo hijos pequeños que me recuerdan mi infancia, que me toca cuidar de mis mayores y me invocan lo que me va a tocar después, ahora mismo soy como el eje del que dependen las vidas de mi gente y soy más consciente de la vida que nos lleva con ella.

“Software de vida es una plastilina amasada de experiencias, reflexiones y vida”

Los dibujos e ilustraciones vienen acompañados de textos.

Sí hay textos, porque lo visual es muy mío, pero las palabras es el medio, el código que más gente conoce y entre las dos cosas me parece que soy capaz de hacerme entender mejor. Son textos míos, algunos son resúmenes de teorías científicas curiosas que no nos enseñan en el colegio y que me parecen necesarias para entendernos y conocernos, explicadas de una manera fácil. Otros son historias reales personales e íntimas, porque creo que las historias de los demás son necesarias. Y otros son reflexiones que igual inspiran a alguien a reflexionar también como yo.

¿Cómo descubriste Verkami?

En mi pueblo escuché hablar de un proyecto que lleva el Ayuntamiento para ayudar a acelerar negocios, y una de las cosas que me interesó de ese proyecto fue un curso que ofrecían. Yo sé de pintura, de arte, porque me he formado en ello toda mi vida, pero no sabía cómo hacerlo rentable, cómo promocionarlo y me dio curiosidad, pensé que igual podía aprender algo. Presenté un proyecto y me lo eligieron. Entonces tuve la suerte de asistir a ese curso y, a parte, tener una mentora de manera individual que me ha escuchado, aconsejado y me ha enseñado muchísimas cosas. Fue ella la que me habló del crowdfunding. Después yo por mi cuenta investigué y Verkami encajaba conmigo. Fue así como decidí lanzar una campaña para ver la reacción que podía tener mi trabajo en el público y validarlo o no. Soy una persona muy insegura y necesitaba probar qué pasaba si enseñaba mi trabajo.

¿Hubiera sido posible financiar el libro con un sistema más tradicional?

Igual sí, no lo sé. Pero la verdad es que no hubiera sido tan especial como ha sido con este el micromecenazgo. Ha sido una de las cosas más bonitas que he sentido nunca. Ese apoyo de tanta gente desconocida es una muestra de generosidad y humanidad infinita.

Ya que los citas, ¿cómo fue la relación con los mecenas?

A lo mejor todos los que iniciamos una campaña de micromecenazgo pensamos, pero para mí, mis mecenas han sido los mejores del mundo. Ellos, sin duda, han sido la clave. Me han ayudado a compartir la campaña, me han esperado pacientemente, me han apoyado, me han dejado mensajes muy bonitos… Han hecho que yo me sintiera segura con lo que estaba haciendo. Y esa seguridad que ellos me han transmitido también ha sido fundamental para que yo me sintiera valiente, sin miedos y adelante con todo.

¿Cómo diseñaste la campaña?

No sé ni cómo lo hice, lo pienso ahora y creo que no sería capaz de volverlo hacer. Supongo que estaba muy motivada. La hice sola, sin ayuda, sin conocimiento, sin saber… Miré montones de vídeos en youtube, leí muchísimo y no paré de pensar y darle vueltas todo ese tiempo que estuve metida en eso, no pensaba en otra cosa.

¿Cómo viviste los 40 días?

Muy ilusionada, la campaña consiguió el objetivo en la primera semana y luego ya me daba cosa de seguir promocionándola porque ya tenía lo que necesitaba y no quería sentir la avaricia.

“Soy un revoltijo de influencias que me inspiran”

¿Qué recompensas ideaste para hacer más atractiva la campaña para los mecenas?

Fueron unas recompensas muy sencillas, que dependieran de mí y de mi trabajo. El libro por supuesto, el libro y una lámina con una ilustración que aparece en el libro, el libro y una ilustración original, clases de dibujo, retratos...

Te marcaste un objetivo incial de 4.550 euros que superaste sobradamente. Hablabas de los mecenas, ¿pero cuál creéis que fue la clave del éxito?

Es que no lo sé. Creo que he sido muy sincera, no he sido pretenciosa, he mostrado mi proyecto con todos los detalles para que la gente pudiera ver de antemano el libro, cada página, cada ilustración. Quizás ha sido que la gente y yo hemos conectado. No lo sé.

¿Has materializado todos los objetivos que te propusiste con el micromecenazgo?

Sí que lo he materializado. Además, el libro que en un principio iba a ser de 100 páginas, al final tiene 140. Está hecho con buen papel, es una edición muy cuidada.

¿En qué momento se encuentra actualmente el proyecto?

Estoy enviando las recompensas con todo mi cariño, emocionada.

¿Qué consejo darías a aquellos que como tú quieren impulsar su proyecto a través del micromecenazgo?

Yo lo recomiendo con todas mis fuerzas, pero no sé si soy capaz de dar consejos. Simplemente hazlo, hazlo y hazlo.

¿Ha sido una experiencia gratificante?

Lo que más me ha gustado es el apoyo de los mecenas, es muy bonito sentir que no estás sola en este barco. También ha habido cosas que no me han gustado tanto, como hacer las cosas por primera vez. La inexperiencia te hace ir tropezando sin ser capaz de prever qué va a venir después. Todo es más complicado cuando no se ha hecho antes.

Los que no descubrieron a tiempo la campaña, ¿pueden comprar el libro ahora por otras vías?

Claro que sí, pueden ponerse en contacto conmigo y les cuento las alternativas.

“En la historia del arte siempre ha existido la figura del mecenas y el micromecenazgo es una manera contemporánea de sustituir a esa figura”

Ya lo dejabas entrever al principio de la entrevista pero… ¿habrá más libros en el futuro?

Sí, yo quiero. Me he sentido tan torpe que necesito volver a hacer otro libro y otra campaña para usar todo lo que he aprendido con todo esto y continuar aprendiendo. Además las cosas buenas hay que repetirlas.

¿Qué crees que ha aportado el micromecenazgo al mundo del arte?

En la historia del arte siempre ha existido la figura del mecenas y el micromecenazgo es una manera contemporánea de sustituir a esa figura. Aporta que se siga haciendo arte. Porque vivimos en un momento donde sólo se hacen reales los proyectos que son rentables, sin embargo con esto también pueden hacerse posibles los que se hacen por amor, pasión y verdad.

+ Info

Campaña Crowdfunding Software Vida

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