ALZINA (un film por Omar Delorage)

#06 / LA ENTREVISTA DE MARCOS GARCÍA

ENTREVISTA CON OMAR DELORAGE

Omar Delorage, un joven isleño cualquiera, de tez pálida y mirada seria, no es lo que a simple vista parece. El joven de 26 años de edad procedente de Menorca, se embarca en su nuevo proyecto; Alzina. Los medios económicos de los que dispone no son demasiados, y por eso se ha visto obligado a realizar una campaña basada en el micro-mecenaje a través de la plataforma de Verkami (verkami.com).

Dice que siempre ha luchado por lo quiere, y que si cruzó Europa de arriba abajo por una mujer, será capaz de cualquier cosa por ver sus sueños realizados.

¿Valiente, temerario? Quizás, pero no hay una pizca de miedo en lo que dice; no tartamudea ni le tiemblan las manos. No vacila ante nada, y parece estar seguro de sí mismo.

Tu verdadero apellido es Lora Goñalons, ¿por qué Delorage? ¿Quieres mantener el anonimato?

Para nada. En realidad es una chorrada, pero me hizo gracia. Cuando estaba en la escuela de cine, tuve que entregar un ejercicio. Quise hacer unos títulos de crédito originales, dibujados a mano en una pizarra muy pequeña. Lora Goñalons era demasiado largo. Así que pensé: eres hijo de... Por tanto tenía que usar un “de”. Me quedé con el primer apellido, que es lo que normalmente se hace, así que ya tenía “de lora”. El apellido de mi madre empieza por G, ¿cómo suena una G? Ge.

Después lo uní todo y me salió “delorage”. Si lo pronuncias a lo español, suena bastante feo, pero por aquel entonces estaba viendo la filmografía de Borzage, que se pronuncia algo así como borsash. Así que yo lo pronunciaba Delorash.

No puede ser, ¿de verdad?

Te lo juro, así de simple soy (se ríe). Una compañera francesa me dijo: '¿sabes que orage en francés significa tormenta?'. Lo dijo todo en acento francés y sonaba precioso. A mi acento no le hagas ni caso... Continuó: 'así que tú eres Omar De-la-tormenta'. Pensé: hostia, mola y todo. Y asentí como si lo hubiera planeado desde un principio. Ahí lo tienes.

Todavía se sabe muy poco sobre Alzina; cuatro fotos y una sinopsis que podría despertar curiosidades. ¿Qué verá el espectador en Alzina?

Pues bueno, verá lo que quiera ver, ni más, ni menos. Intento hacer una película bastante abierta, así la gente puede sacar sus propias conclusiones. Yo lo único que he hecho ha sido explorar unos personajes, colocarlos en unas determinadas situaciones con unas determinadas condiciones y entonces les he hecho hacer cosas. Es una historia en la que se dice poco verbalmente.

Vale más una imagen que mil palabras.

Eso es. 'No me digas que lo vas a hacer, hazlo'. Alzina empieza sin que uno sepa muy bien qué es lo que está pasando, qué ocurre. Es una historia que se construye poco a poco. Me parece más interesante cuando sucede de este modo. Me gusta sentir la intriga preguntándose cosas. ‘¿Quiénes son estas personas? ¿Por qué hacen estas cosas?’. En parte supongo que me gusta porque es más real, se acerca más a como funciona la vida. Cuando conoces a alguien, primero no tienes ni idea de como es, le observas, tratas de entender cómo y por qué hace las cosas. Así es como está construida Alzina, a base de cáscaras que se van cayendo poco a poco a medida que el argumento avanza.

Interesante forma de hacer cine...

No sé, puede. A unos les gustará más y otros menos, o nada. Depende del espectador el formar parte de la película o no. ¿Por qué no participar? Si estás ahí, es porque no tienes nada mejor que hacer en ese momento. Las películas deberían hacerse para eso, para que la gente participe en ellas, para que piense y razone sobre las situaciones que se les presentan.

Me gustaría que el espectador formara parte de una forma activa, no pasiva. Esta película no dice: ‘atención, esto es lo que hay, y no hay nada más, esto es lo que que pasa y esto lo que debéis pensar. Ya os podéis ir a casa tal y como habéis venido’. Nada de eso. Intento evitar eso a toda costa. A medida que yo he estado viajando entre cada imagen, cada texto, cada sonido... he ido dejando una puerta abierta tras de mí, para que pueda entrar todo el que quiera, y una vez dentro, curiosee, de modo que al final de la película cada uno pueda tener una opinión propia, sin que nadie les haya impuesto ningún tipo de limitación.

¿No crees que eso puede reducir tu público?

¿Por qué?

Parece que el público al que invitas es un público, por así llamarlo, de culto.

No sé exactamente qué significa la palabra culto aplicada al cine. Las etiquetas es algo que siempre me ha molestado, no solo en el cine, sinó en la sociedad. Por culpa de las etiquetas existe el niño gordo de clase, la empollona, el hijo del sastre... Las etiquetas son un asco. Son solo para hacer distinciones, cuando en realidad en este planeta, quien más quien menos, viene del mismo mono. A mí no me parece que Alzina sea una película para gente culta. Es una película que trata sobre seres humanos, y por tanto, está destinada a todos estos. Si no te consideras ser humano, entonces sí puede que no la entiendas.

Siento curiosidad por el triángulo que utilizas en las imágenes promocionales. ¿Qué sentido tiene en Alzina?

El triángulo es la clave de la geometría y forma parte de lo que se conoce como proporción áurea o divina. Si coges un triángulo, podrás apoyarlo por cualquiera de sus bases y se aguantará, pero al mismo tiempo, es imposible que se sostenga sobre uno de sus vértices o puntas. Me gustan ese tipo de contradicciones. En la película expresa lo inestable o estable que puedas llegar a ser, siendo siempre la misma figura, la misma forma. En este caso, la misma persona.

Pero tu triángulo está compuesto de otros muchos triángulos.

Sí. También me gustan las cosas fragmentadas. Por eso quise que no fuera un triángulo simple. Los personajes de la película se han fragmentado, en cierta manera, han perdido su capacidad de sentir, física o psíquicamente. Digamos que para volver a normalizar su estatus interior, deberían ordenar esa fragmentación. Dicho así, parece un poco complicado. En la película no aparece ningún triángulo, ni se habla de ningún triángulo. Es solo una metáfora que hemos buscado.

¿Por qué este interés hacia las contradicciones y cosas fragmentadas? ¿Hay alguna experiencia propia tras ello?

Si no sintiera interés por esas dos cosas -entre otras, claro está-, no sentiría interés por el mundo, y por tanto, no haría cine. Si eres capaz de demostrarme que los seres humanos no somos una contradicción en sí mismos, y que el mundo es algo que no se está fragmentando –cada vez a mayor velocidad, por cierto–, es porqué no has prestado atención a nada de lo que está ocurriendo a tu alrededor. Hasta un ciego es capaz de ver que muchas cosas no funcionan, y no me refiero solo a temas políticos, crisis económicas, etc. Que va, eso es solo un problema más que ahora nos da por saco. Las personas ya no merecemos esta palabra, 'personas'. Ahora deberíamos llamarnos monstruos, porqué la mayoría de actos que llevamos a cabo son monstruosidades. Obviamente hay gente que intenta hacer bien las cosas, no digo que no. Pero esto no es algo de unos pocos. Hace falta una nueva toma de conciencia para con la tierra, respetar todos los organismos y seres vivos del planeta y entender de un jodida vez, que no somos más importantes que nadie. El planeta no nos necesita, pero nos brinda la oportunidad de habitarlo, de vivir en él, y ¿cómo se lo pagamos?

En la respuesta anterior, has dicho que los personajes tampoco van a sentir físicamente. Si no estoy equivocado, eso no está en la sinopsis, y tampoco en la descripción del proyecto.

Ya, mientras lo decía pensaba: 'la has cagado' (ríe). Mira, así ya se sabe un poquito más.

¿Puedes profundizar ni que sea un poco en ello?

Solo te diré que es algo que pasa.

No sentir dolor es algo que puede llevar consecuencias desmesuradas, ¿no?

Supongo que sí. ¡No te voy a decir nada más, eh! (ríe)

¿Por qué escogiste este argumento, el carecer de emociones o sentimientos?

Pues bueno, es algo que desconozco totalmente, algo que es prácticamente imposible de imaginar, –y por ello ha sido tan difícil escribirla-. La cosa es que hoy en día, parece que los sentimientos y las emociones es algo que empezamos a dejar de lado por otras cosas como puedan ser ir de compras, trabajar, jugar, drogarse, etc. Parece que tengamos miedo a la vida. Algo como: ‘mientras esté haciendo cosas y no piense ni sienta lo que está pasando en China, o Irán o yo qué sé, podré seguir tirando’. Es extraño, y contradictorio. Si te dejaras llevar por todo el sufrimiento que hay en el planeta, te podrías pegar un tiro, así que te limitas a hacer como si no pasara nada para continuar haciendo tus cosas, tus movidas. Lo que muchos no saben, es que ese gesto de ignorancia, es a la vez un arma de doble filo, porque un día acabarás alienándote por completo y entonces no hará falta pegarte un tiro porque ya estarás muerto sin saberlo. Joder, acabaré haciendo películas de zombies (ríe).

He leído, en propias palabras tuyas, que dos de tus anteriores trabajos, acabaron siendo un fracaso (On creixen les flors 2010, Jack y Sally 2012). ¿No te da miedo el fracaso?

Hubo gente que me dijo que escribir eso podría traer consecuencias. Aquí están (se ríe).

En absoluto tengo miedo al fracaso. ¿Lo tienes tú? Si uno le teme al fracaso nunca hará nada en su vida, no solo en el mundo del arte. Por ejemplo, es tan simple como que si las parejas tuvieran miedo a fracasar con sus hijos, haría tiempo que la especie humana se habría extinguido. Fracasar no mola nada, pero es algo que tienes que saber que puede ocurrir. Yo fracasando he aprendido mucho, no solo como director de cine, sinó como persona. Además (ríe), creo en el Karma, así que esta vez me toca a mí ganar.

Siendo optimista, ¿por qué crees que esta vez lo vas a lograr? Y, ¿puedo preguntar por qué fracasaron tus dos anteriores proyectos?

Siendo optimista, creo que esta vez estoy haciendo mejor las cosas. Estoy rodeado de mejor gente, preparamos las cosas más minuciosamente, vamos hasta el último detalle, y principalmente porque creo más en lo que hago. Me valoro mucho más a mí mismo y me siento con fuerza. A veces nos pasa a los artistas, que algo nos sale mal y flaqueamos un poco, algunos nos ponemos en plan depresivo unos días, y de pronto algo se activa, probablemente una idea nueva. Así que te sacudes la mierda de encima, te lavas un poco y te pones manos a la obra.

Preferiría que me preguntaras acerca de los proyectos que sí han logrado salir adelante. La gente se centra más en lo negativo que en lo positivo. No me malinterpretes, entiendo tu curiosidad y tal, pero la gente oye o lee algo “malo” y se mete ahí de cabeza. Fracasaron por razones externas a mí, principalmente. Con el primero (On creixen les flors) tenía a dos actrices catalanas protagonizándolo, recibieron una oferta de trabajo remunerada y la aceptaron. Con el segundo (Jack y Sally), podría decir que trabajé con gente que no se tomaba en serio el trabajo, ni el suyo ni el mío. Ojo, no me eximo de culpa, yo les escogí a cada uno de ellos. Pero la vida te da esas sorpresillas, ya sabes. Y lo jodido es que no puedes enfadarte con ella, por que es enfadarte contigo mismo.

Para ir terminando, qué me dices del micro-mecenaje, fórmula a la que te has apuntado.

Creo que es un invento genial, y que si te lo montas bien, puedes sacarle un gran partido. Me parece increíble que la gente te pueda “regalar” dinero a cambio de una idea. Es algo magnifico, y a día de hoy necesario. El Gobierno no nos da dinero, las becas para artistas son escasas, así que nos vemos obligados a hacer de mendigos, como aquel que dice. Por ejemplo, creo que solo hay una escuela de cine pública, y es bastante bodrio y casi imposible de entrar. Mi escuela, Bande à Part, es cara de cojones, y encima privada. Eso para el Gobierno significa: 'no existes'. Y eso que lo están privatizando todo. Ves, otra contradicción humana (ríe).

Es triste, en parte. Estuve pensando seriamente si hacer la campaña o no porque me daba verguenza ir pidiendo dinero. Pedir dinero a gente que no tiene por qué dártelo era una idea que me echaba para atrás. Pero al final pensé que más que pedir dinero, lo que pides es una colaboración, un apoyo, una confianza. Además, en verkami, todos los mecenas reciben sus recompensas. Aunque no se trata de eso, tampoco, de recibir recompensas. Es más este gesto de compartir. Es algo que nos conduce más allá. Desde mi punto de vista, es una evolución de cara a la financiación artística.

Por Marcos García.