Regresé más a salvo que nunca, de la infinitud de lo posible. Entre cajas, manzanas y taladros se sucedió el alumbramiento y tapamos la luz que no sirve, la que sobra.

Más tarde llegó el viaje y también una postal a mi casa de una fuga anterior y se juntaron. Aquello decía...importa recorrer generosa las estalactitas de tiempo, cruzar los puentes y, volando, atravesar las ciénagas. Encontrarás las señales.

Feliz transitar, querido Juanan. Queda pendiente un inevitable intercambio musical. Hasta muy pronto

Juanan, sobre todo GRACIAS. :)

Feliz por compartir camino, caminos, compañeros de viaje y otras bombillas.

Y dejo aquí al final algo escrito hace más de diez años, pero que me pedía salir para contar un poco de lo que fue traspasar esa cortina y sumergirme en la media luz. Y cuando hablo de cortina, hablo de la palpable, de color negro, pero también de otra que aunque no se vea, está, y que da paso al interior, al de las emociones.

Y no ha sido sólo el durante, que ha sido intenso; pues éste no sería lo que es sin los "antes" y los "despueses"... y los "entres", claro. Esto no ha hecho más que empezar.

(La primera vez, puedo decir que entré con una jaqueca latente y salí con los sentidos reposados y la inspiración exaltada).

Ahí queda:

"Vuelvo a casa, si es que volver se puede, y de súbito cada cosa, como

cada órgano, reclaman su presencia pero de forma diferente; en verdad, de un viaje, como de la enfermedad, no se vuelve nunca. No se retorna a nada, no se retoma nada, pues ese diálogo con lo diverso te ha modificado. Viajar es volver diferente a una casa diferente."