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La inmersión literaria del polifacético Daniel Higienico

el 04 Mayo 2016 en Historias Verkami

Incontinente e hiperactivo, llegó un momento en que la música no era un territorio suficientemente grande para acoger la pulsión creativa de Daniel Higiénico. Fue así como empezó a escribir. Primero relatos breves que acabó compilando en el libro Personajes y su Hígado. Tiempo después, como aquellos personajes de dibujos animados a los que se les enciende una bombilla cuando tienen una idea, las piezas de una trama novelesca empezaron a encajar en su cabeza. “Estaba trabajando en la maqueta para un nuevo disco, y me había quedado bastante encallado, porque no me acababan de convencer algunas de las canciones”, nos descubre. “Para desintoxicarme un poco, me puse a escribir, a continuar un cuento que tenía empezado hace mucho tiempo. Y, mientras estaba escribiendo, se me ocurrió la idea para la novela. Desde ese momento ya no pude parar hasta terminarla”. El paseo infinito fue el título de su debut como novelista, obra cuya edición financió a través de Verkami. Vocación escriba que recientemente ha alimentado con Club Columbia. Nuevamente proyectado a través de esta plataforma, un libro que recoge 50 microthillers, pequeño tesoro noir para guardar en vuestra caja fuerte.

Texto: Oriol Rodríguez

Sé que incluso a ti te cuesta definirla pero ¿El paseo infinito es una novela de género fantástico, de aventuras, de misterio, una obra cómica… o todo ello a la vez?

Sí, así es, esa era la idea que me animó a escribirla. Quería hacer como hago con las canciones y la música, mezclarlo todo intentando darle coherencia. Es todo eso y también es realista, porque todo lo que se cuenta, al final es verdad, solo que contado de una forma fantasiosa. En realidad la novela va de eso, cuenta mi propio proceso para escribirla y puedo asegurar que fue tal cual lo cuentan los personajes.

En el Paseo Infinito planteas las aventuras de un personaje abandonado por su creador, como las canciones que abandonaste para escribir la novela.

En el cuento que me puse a revisar ya había un esbozo de eso. Trataba de un tipo que aparece de repente apoyado en la pared de un edificio, sin saber quién es. La pared es su referencia, y cuando llega otro personaje y lo arranca de la pared se siente indefenso y se ve envuelto en situaciones surrealistas, hasta que se da cuenta de que es un personaje de ficción. La verdad es que siempre había visto una novela con aquella idea pero nunca encontré el camino, hasta que se me ocurrió dejar al personaje en el vacío, en la nada. Era una tontería, pero me pareció buena idea empezar con el personaje desde cero, como se empiezan todas las novelas, desde el papel en blanco. A partir de ahí empecé a improvisar y encontré un camino infinito para contar historias dentro de otra historia.

En cuestiones literarias, cuáles son tus autores de referencia, tus principales influencias?

Yo soy de los que quedan marcados por libros concretos, como El guardián entre el centeno. Supongo que lo leí en el momento perfecto para meterme en la piel del protagonista, porque no hay personaje con el que me haya identificado más que Holden Caulfield. Me encanta su sarcasmo. De hecho, le hago un pequeño homenaje en mi novela. A él y a Ignatius Reilly de La conjura de los necios, que es otra de mis referencias. De todas maneras, cualquier buena novela que leas es una referencia. Cien años de soledad, esa forma fantástica de contar historias; El nombre de la rosa, que me parece una novela negra de lujo… También algunos títulos de Patricia Highsmith, por sus situaciones psicológicas; Paul Auster, por su decadencia. De cada libro sacas algo.

“Nunca había estado tan inmerso en algo como cuando escribí la novela”

Imagino que las diferencias entre escribir una canción (o incluso un relato breve) y una novela han de ser muchísimas. ¿Cómo te resultó la experiencia?

Nunca había estado tan inmerso en algo como escribiendo la novela, ni siquiera haciendo canciones. Me divertía tanto escribiéndola que no dejaba de pensar en ella durante todo el día. De hecho, como dice el título, podría ser infinita. En realidad, me planteé la novela como un juego, un juego que me inventé, y que si te apetece jugar, estoy convencido de que puedes pasar un buen rato con ella.

En este sentido, ¿escribir una novela es como ser un pequeño dios que puede jugar a su antojo con el destino de los personajes que crea?

Sí, eso es lo más divertido, y es lo que hago en la novela: llevar a mis personajes donde me lleve la imaginación, sin ataduras.

¿Qué sentiste cuando acabaste la novela?

Nunca pensé que estuviese acabada. Tuve que decir basta, porque no era un juego solo para mí, sino que tenían que leerlo otras personas. Tuve que pensar en eso. Y soy consciente de que la he llevado al límite del absurdo, pero esa era la idea.

¿Qué te ofrece la narrativa que no encuentres en la música?

Pues no lo sé. Creo que todas las artes son bastante parecidas. Te ofrecen la satisfacción de haber hecho algo que puedes compartir con otras personas, y que algunos de ellos disfrutarán leyendo, escuchando, observando… Eso es lo de menos.

Explicas que te lo pasaste tan bien escribiendo la novela, que empezaste otra. Sin embargo Club Columbia, tu nuevo libro, ha acabado resultando algo diferente a lo que tenías originalmente pensado. ¿Qué nos encontramos en él?

Sí, la primera idea era escribir un thriller, con toques de ciencia ficción y humor. Mientras lo intentaba, me pasó como la otra vez. Haciendo una pausa en la nueva novela, me puse a escribir. Improvisé un par de micro-relatos, que resultaron ser de género negro, seguramente influenciado por el tema de la novela. Me gustaron mucho porque los dos tenían un final “sorpresa”, y con los dos te podías imaginar una historia más larga. Pensé que eso era la base del micro-relato, contar con pocas palabras una historia que podría ser mucho más extensa. Y me animé a escribir más. Cuando llevaba escritos unos veinte, me di cuenta de que tenía un buen material, que me seguía gustando lo que escribía, y visualicé la idea hacer un libro con ellos. Pero como era un libro de micro-relatos de género negro, se me ocurrió tratarlo como un objeto preciado, un pequeño tesoro que guardar en la “caja fuerte”. De ahí el tamaño, las ilustraciones de Jack el diseñador, la tapa dura… La edición ha quedado fantástica. Estoy muy contento con el resultado.

Pese a ser una colección de relatos de género negro, hay muchas pinceladas de humor. ¿Es ese tu sello personal?

La verdad es que sí. Me gusta utilizar el humor, y en este libro lo hay, y de diferentes colores: desde el blanco hasta el negro, desde Mortadelo a Monty Phyton (aunque a veces tengan cosas en común). Pero también hay algunos más escabrosos. No quería solo parodiar el género, sino hacerlo más entretenido, si cabe.

“Me divertía tanto escribiendo la novela que no dejaba de pensar en ella durante todo el día”

Habéis trasladado este Club Columbia al teatro. Desde marzo estáis todos los viernes por la noche en el Café Teatre Llantiol, ¿cómo está resultando la experiencia?

La verdad, es tal y como me lo había imaginado y, además, afortunadamente, está gustando mucho. Es otra de esas ideas que surgen de repente. Durante las relecturas y relecturas de los micro-relatos pensé en el espectáculo. Sobre todo porque los “micros” del Club Columbia creo que tienen más sentido leídos en plan “peliculero”, en plan teatral. Por eso me pareció buena idea trasladar algunos al teatro. Pero el espectáculo no podía aguantarse solo con los relatos, y surgió la idea de hacer un cabaret de cine negro, que sucede en un club, que, por supuesto, se llama Club Columbia, propiedad de Don Pastafiori, un Mafioso de Chicago, donde se van sucediendo actuaciones de artistas extravagantes, mientras los relatos van apareciendo, algunos en cine, y otros, teatralizados. Hay cantantes de swing, de ópera, monologuista, ventrílocuo, un elenco de lo más variado… La escenografía es en video, todo muy film noir. Además, es un espectáculo con el que también se puede jugar, y eso siempre es un plus. Creo mucho en él.

¿Por qué decidiste impulsar ambos libros a través del micromecenazgo?

Fue en una conversación. Apareció el tema del crowdfunding, y alguien me explicó de qué se trataba y me pareció una gran idea. Fue curioso, porque lo comparé con mis inicios en Mallorca. Con el segundo disco me monté una especie de crowdfunding en los bares de Palma. Antes de grabar el disco les vendía diez ejemplares que ellos podrían vender cuando ya estuviesen hechos, así podían recuperar la inversión. Fue de gran ayuda.

¿Cómo viviste los 40 días de las campañas y cómo ha sido en ambos casos la relación con los mecenas?

Nos lo trabajamos muchísimo y creo que hicimos unas campañas muy buenas, con buenas ideas, muy divertidas y con mucho material, y también muy intensas. Creo que los mecenas se dieron cuenta de ese trabajo, y lo reconocieron con su apoyo y las ganas de tener el libro en sus manos. Fueron cuarenta días emocionantes.

¿Cuál fue la parte más dura de las campañas?

Quizá cuando se acabó. Supongo que habíamos puesto tanto en ellas, que nos pegó el bajón de repente.

¿Qué consejo darías a aquellos que cómo tú quieran impulsar sus proyectos a través de Verkami?

Que sean sinceros, que lo que ofrezcan tenga el valor de lo que reciben. Y no me refiero al dinero. Tienes que creer en ello y transmitirlo.

Tú que, como músico, también has vivido la creación artística desde las formas "tradicionales" de financiación y también a través de la autoedición, ¿qué crees que aporta el micromecenazgo a vosotros, los artistas?

Por supuesto, la parte económica es importante para poder empezar un proyecto sin tener que hacer malabares y pagando dignamente a cada cual por su trabajo. Pero también es importante poder contactar con las personas a las que les interesa lo que haces. Saber que hay personas por todo el país, e incluso en otros países, a los que les apetece colaborar con tus proyectos. Eso es esencial. Te ayuda a seguir.

“Sigo con la idea de escribir otra novela, pero tendré que esperar a que se ilumine la bombilla”

¿Estás trabajando en alguna novela o colección de relatos actualmente?

Sí, sigo con la idea de escribir otra novela, pero, como siempre, tendré que esperar a que se ilumine la bombilla, mientras tanto, voy “practicando” hasta que llegue ese momento. Si algún día surge la idea, sin duda utilizaré Verkami para hacerla realidad.

Y, en lo referente a la música, ¿estás escribiendo temas nuevos? ¿Cuándo volverás al estudio?

Sí, tengo la idea de hacer un disco donde todas las canciones bailen, con diferentes estilos, como siempre, pero que tengan eso en común. Que, como mínimo, te inviten a sacudir la cabeza mientras te voy contando una historia, que podría ser compleja o no. Es difícil de explicar. Estoy tardando más de lo habitual, en parte por la literatura y el espectáculo nuevo, en parte porque supongo que, después de diez discos, cada vez soy más exigente con las canciones. Y no voy a sacar un disco por sacar algo nuevo, porque hay que hacerlo. Cuando crea que tengo buenas canciones y cuajen con la idea, lo grabaré.

+ Info

Campaña Verkami 'Club Columbia: 50 «microthrillers», un libro de Daniel Higiénico'
Campaña Verkami 'El Paseo Infinito, la primera novela de Daniel Higiénico'

Web | @DanielHigienico | Facebook

Puedes comprar los libros en la web de Daniel Higienico

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